D O S

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Al llegar a su casillero dejó sus libros y tomó otros para la siguiente clase que tenía dentro de algunos minutos. Cerró de este después de agarrar lo que necesitaba y empezó a caminar por los pasillos del colegio, llegó al patio y se sentó cerca de la fuente.

Empezó a juguetear con el agua que provenía de la fuente, le gustaba hacerlo. Pero, mientras movía su mano dentro, sentía que alguien lo observaba y quería acercarse, tenía miedo, sí. No sabía si irse, o quedarse para saber que era... La figura seguía ahí, mirándolo. Quería levantarse e irse, pero su cuerpo lo impedía, no reaccionaba, intentaba hablar o gritar pero sus labios no se separaban. Y ahí en ese momento se dio cuenta que tenía un ataque de pánico, y era totalmente fatal.

Empezó a respirar muy rápido y miraba cómo las personas se volvían sombras, cada una de ellas se empezaban a reír de él, sentía que su corazón se iba a salir, quería salir corriendo y escapar de ellos.

Intentó tomar un poco de aire pero algo desde la fuente lo jaló tan fuerte que sentía como el agua se adentraba desde sus fosas hasta su cuerpo, se estaba ahogando, y nadie se daba cuenta. Quería salir de allí y respirar con normalidad, pero su miedo los ponía más fuertes y macabros. Se reían con tanta fuerza que lograba escucharlos de una manera tan escalofriante, mientras él se volvía vulnerable ante ellos.

Cuando al fin pudo tomar aire, gritó con todas sus fuerzas haciendo que esas sombras desaparecieran, en un momento a otro se encontraba tirado en el piso, sollozando, sus manos abrazaban tan fuerte sus piernas que sentía como sus uñas se clavaban en ellas, estaba temblando como si se encontrara sentado en un cubo de hielo.

Sintió que alguien se le acercó, y se alejó inmediatamente, tenía tanto miedo que no podía ver quien le estaba preguntando que si se encontraba bien, el miedo lo segaba. Intentó correr pero al dar 4 pasos alguien lo tomó del brazo sujetándolo mientras lo abrazaba.

— Youngjae, tranquilízate, por favor. —susurró ella mientras intentaba calmarlo.

No podía ver nada, todo se tornaba gris, un gris fuerte, oscuro. Oía los gritos desesperados preocupados, diciendo que llamaran a sus amigos, hasta que todo se volvió totalmente negro.

— Llamen a una ambulancia. —gritó fuerte la pelinegra que ya hacia tirada en el piso junto a Youngjae abrazándolo.

Esquizofrenia | Choi YoungjaeWhere stories live. Discover now