• 1; Cuando empezó el odio.

71.5K 4.1K 4.4K
                                    

Draco estaba malhumorado y totalmente aterrado por lo que estaba pasando últimamente en su familia, alrededor, con lo que estaba pasando, que no sabía cómo reaccionar. Ni siquiera su madre parecía encontrar una pronta solución.

Y el se sentía frustrado, no sabía cómo sentirse aliviado, que dejarán de señalarlo, de hablar a sus espaldas. Ni siquiera lo conocían como para atreverse a hacer eso, como claro, no eran sus propios padres los que resultaban afectados, les era más fácil hablar.

—Ahí viene.

Alzó la mirada al escuchar susurrar a Crabbe así que se apresuró a llegar a su lado para salir de ese pequeño escondite y no permitir que Harry Potter siguiera en su andar. Sabía que el chico debía de pasar por ahí, había tenido un presentimiento que así sería aunque fuese la puerta que los llevase a la sala común de Slytherin.

Se aseguró de mirar a su alrededor para que nadie los estuviese viendo, no quería meterse en más problemas. Volvió a mirar a Harry.

—Estas muerto, Potter.

—Tiene gracia —se atrevió a responderle alzando las cejas—. No sabía que los muertos pudieran caminar.

Draco sintió que su maldito cinismo lo haría rabiar a tal grado de querer matarlo en ese momento. No soportaba verlo con aire de satisfacción.

—Me las pagarás —contestó en un susurro—. Vas a pagar muy caro lo que le has hecho a mi padre.

—Mira como tiemblo —respondió Harry con sarcasmo—. Supongo que lo de lord Voldemort no fue más que un ensayo comparado con lo que me tienen preparado ustedes tres. ¿Que pasa? —añadió, pues Draco, Crabbe y Goyle se habían encogido al oír a Harry pronunciar aquél nombre—. Es amigo de tu padre, ¿no? No le tendrás miedo, ¿Verdad?

Draco apretó sus puños tratando de no pensar en la situacion en la que ahora mismo estaba pasando su familia, trató de no pensar en lo aterrada que debería estar su mamá mientras el la había dejado sola para estar ahí, en Hogwarts.

—Te crees muy hombre, Potter —replicó avanzando hacia Harry. Sus amigos le acompañaban a su lado—. Espera y verás. Ya te atraparé. No puedes enviar a mi padre a la prisión y...

—Eso es precisamente lo que he hecho —lo atajó Harry.

—Los dementores se han ido de Azkaban —continuó hablando un poco en voz baja, convenciendose más así mismo—. Mi padre y los demás no tardarán en salir de allí.

—Si, no me extrañaría. Pero al menos ahora todo el mundo sabe que son unos cerdos.

Sin importarle qué más pudiera suceder, Draco se dispuso a tomar su varita pero Harry se le adelantó: había sacado la suya antes de que el rubio hubiera metido siquiera los dedos en el bolsillo de su túnica.

—¡Potter! —se oyó entonces por el vestíbulo.

Snape había aparecido por la escalera que conducía hasta su oficina, y, al verlo, Draco deseó que este nunca hubiese llegado. Quería golpear a Potter, quería cerrarle la boca de alguna forma u otra y que dejara de comportarse como un héroe.

—¿Que haces, Potter? —le preguntó el profesor con frialdad.

El rubio tuvo que permanecer en silencio escuchando como Potter siempre salía apremiado por los demás, pasando sobre de él, para todo el mundo, el único que necesitaba ayuda era el cuatro ojos. Los demás podían valerse por sí mismos.

Si al final tengo tu amor;    [ Harco ]Where stories live. Discover now