LVII

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La tía de Jungkook lo recibió con un cálido abrazo, lo llenó de besos y piropos, como queera el sobrino más lindo y el más fuerte, y el hijo que nunca había tenido.

-Channie se ofenderia- comentó la señora Jeon, con una pequeña risita.

- Chanyeol es un cobarde- dijo la rubia-. Cree que no me doy cuenta que está saliendo con su "mejor amigo" Baekhyun y en vez de salir del armario hace bromas homosexuales- La Tía rodó los ojos.

Deseaba que su hijo tuviera la valentía para ser tan feliz y tan libre como Jimin y Jungkook. En la cena hablaron de todos los temas, menos de su salud, y eso alivió bastante a Jungkook, quien no podía evitar reír por las anécdotas de su tía.

Fue a la cama con una sonrisa, y estaba decidido a cambiarse su ropa por el pijama para dormir de una vez por todas, pero el toque en la puerta lo tomó por sorpresa, aún con su remera pero con sus bóxers a la vista. Se ruborizó completamente cuando los gatunos ojos de jimin lo examinaron de arriba a abajo.

- Jimin- se quejó.

- Bien, bien, privacidad- dijo el pelinaranja, entrando rápido al dormitorio y cerrando la puerta detrás de sí.

- No~, tú tam-bién a-fuera- se quejó el castaño, quien no quería que ni su novio viera su cuerpo.

Era algo que Jimin nunca había entendido, el cuerpo de Jungkook era más que atractivo, bien trabajando pero delicado gracias a la danza, con músculos bien definidos y unas curvas que podían volver loco a cualquiera.

Pero aún así, Jungkook tenía vergüenza de mostrarlo. Ignoró completamente las quejas del castaño,se acercó a él para tomar su cintura, pegando sus cuerpos, haciendo que un pequeño suspiro surgiera de los labios de Jungkook. Jimin sonrió de lado, antes de juntar su rostro con el del pelirrojo, besando sus labios de forma lenta y profunda.

El pelinaranja avanzó lentamente, sin hacerlo totalmente a propósito, hasta que la cama trabó su pasos. Jungkook separó el beso para sentarse sobre las sábanas, tomó la remera de Jimin para tirarlo hacia él, el pelinaranja se acomodó sobre su cuerpo.

- E-Está tu familia- murmuró Jimin, sintiendo su entrepierna comenzar a doler.

Lo había iniciado, pero no creía que llegarían a eso.

- En si-lencio- murmuró Jungkook, su pequeña y pícara sonrisa hizo a Jimin preguntarse dónde había quedado el inocente chico que minutos atrás le había pedido que se vaya para poder cambiarse.Y es que Jungkook ya se sentía más despierto.

Necesitaba una distracción, un desahogo, y al última vez que había tenido al chico dentro suyo la había pasado más que bien, y en serio se había olvidado de sus problemas.

Esperaba que funcionara de nuevo.


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LOUD² «JIKOOK» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora