La cuna

El canto del Somorgujo (Parte 2)

—Dirás somormujo, ¿no?

Corregí a mi hermano, creyendo que este día jamás llegaría, por un instante pareció dejar la enorme tensión que arrastraba y ladeando levemente la cabeza me revolvió el cabello, esbozo media sonrisa

—¡Vaya qué sorpresa, al parecer ya no vas únicamente a dormir al salón de clases! —exclamó.

Sonreí orgulloso, Dylan sin dejarme disfrutar de mi minuto de sabiduría,  no tardó en aclararme

—Aunque lo siento mucho Jeimmy, porque el nombre es correcto de las dos formas.

Fruncí el ceño «al parecer, jamás podría llevarle la delantera, no por lo pronto en temas escolares».

 —Sabelotodo —refunfuñe, cruzando los brazos. —Está bien cerebrito, ahora explícame somorgujo o somormujo, ¿Qué era eso, del pájaro de la muerte? 

En realidad la simple palabra lo decía; sin embargo estar a su lado me hizo sentir confiado, incluso para intentar lograr corregirlo por una sola vez, ahora viendo su expresión seria y recordando la sensación, que aquel ser impregno en el aire con su presencia, me llevo a prestar atención con la debida seriedad.

Dylan volteo la mirada hacia el cielo, realizando una nueva inspección, que yo imite, aunque ahora, de la luz sobre las copas de los árboles, solo se vislumbraban los últimos, escasos y débiles rayos de sol previos al anochecer; de aquella ave, no quedaba rastro alguno.

Mi hermano me vio fijamente a los ojos, inquieto, volteando de forma nerviosa senda arriba

 —No tengo mucho tiempo —aseguró, sujeto mi hombro, parecía como si el mismo, se escondiera de alguien

—Ven vamos, sentémonos detrás de ese árbol e intentaré explicarte, lo que sé.

Era evidente que había elegido justo ese gran abeto, debido a que tapaba la visibilidad de la carretera, así que mientras nos sentábamos

— ¿Por qué te escondes?, ¿a caso estas huyendo y de quien? —inquirí

Dylan ignoro mis preguntas —Vamos a enfocarnos en ti ¿te parece? cómo te dije, es difícil para mi poder venir a verte. El ave que viste, es muy importante que si la vuelves a ver, corras lo más lejos posible de ella, no es un somorgujo normal, no como los que conocemos, esta como notaste es enorme, creo que cada una de sus alas extendidas fácilmente alcanza los tres metros y medio, se le conoce con muchos nombres "la guarriona" "chotacabras" "cárabo" o incluso pájaro del diablo. Y aunque de dónde venimos es considerado un mito, aquí es toda una realidad.

Escuchaba incrédulo a mi hermano — ¿Oíste mi voz? ¿Llamándote verdad? —cuestionó.

Moví lentamente la cabeza  —Eso hace la guarriona, imita las voces de tus seres queridos para llevarte con...

Le quite las palabras de la boca a mi hermano

 —La muerte —deduje ¿Y porque se fue cuando llegaste tú?

 Mi hermano se tallo los ojos y tras un suspiro

—No estoy seguro, pero según lo que sé, esta ave únicamente puede acercarse a su presa cuando esta sola. —Dylan frunció el ceño, alzando una ceja. —De ahí que te ordenara que no te alejaras de mamá, aunque no lo creas ella te protege.

Mi hermano apretó mi hombro en un intento de imprimir seguridad en mí

—Este sitio Jeimmy, no es como casa, lo rigen otro tipo de reglas, incluso la percepción del tiempo es diferente.