61

1K 110 62
                                    

POV's Narrador

Las gotas de sudor resbalaban por la frente de Yang quien mordía su labio con fuerza.
Sentía como su espalda quemaba después de aquellos diez latigazos que el mayor le había proporcionado, pero por más extraño que le pareciera, no podía quejarse de aquello, lo disfrutaba demasiado.

Bang llevó sus manos hasta su camisa y la sacó de un tirón, caminó hasta el menor de ambos y acarició su fina cintura antes de darle una fuerte nalgada, escuchando los quejidos del más joven.

-Bien... Empecemos con lo bueno- Susurró el mayor tomando ambas caderas del menor, se inclinó un poco quedando a la altura del oído contrario y sonrió -Prefieres... Empezar con algo suave, o ir a lo inicial, y que te joda tan fuerte que terminarás en silla de ruedas- Los vellos de Jeongin se pusieron de punta, apretó sus manos en puños y después entre abrió sus labios

-Jódeme duro... D-Daddy- Pidió Yang antes de sentir los labios del mayor comenzar a dejar besos húmedos por su espalda. -Daddy... Por favor...

-Paciencia Yang- Habló el australiano antes de levantarse y quitar su pantalón y boxers, volteó a Yang y con una sonrisa habló -Mamamela- La expresión de Jeongin era toda una obra de arte para fotografíar, Bang solo rió y tomó de los cabellos del menor, guiando su rostro hasta quedar frente a su miembro

-Daddy... Y-Yo...- La voz de Yang tembló antes de sentir como algo chocaba contra sus labios, al no poder ver nada, lo primero que pudo hacer fue abrir su boca, sintiendo algo adentrarse hasta el límite de su garganta.

Sentir el gran miembro de Chan adentrarse hasta el fondo de su garganta lo sobresaltó un poco, deseaba poder tener sus manos libres para poder apreciar toda la extensión contraria, sentir lo grande y gorda que era.

-Oh, maldición...- Los vellos del menor se pusieron de punta y comenzó a mover su lengua por sobre el gran pene del australiano.

Ambos estaban disfrutando de aquello, hasta que algo les interrumpió, la persona menos esperada para ambos.

-¿Qué demonios están haciendo?- La voz de una mujer inundó los oídos de Yang, quien se separó casi de inmediato

(...)

-Jeongin, por una maldita vez deja de huir, ¡Déjame explicarte!- Exclamó el mayor con desespero

-¡¿Por que las mujeres entran a tu casa así como así?!- Gritó Yang mientras tomaba su celular y llaves

-Jeongin, cariño, ¡No tengo ni la mínima idea de como entró esa mujer aquí!- Respondió el australiano -Por favor, cariño...

-Claro, y por eso consiguen tus llaves mágicamente y entran a tu casa a buscar sexo- Habló Yang con notable sarcasmo en su voz

-¡Por Dios! ¿Y si vienen a buscar sexo qué? ¡Sabes que no las complacería! ¡Solo te quiero a ti, a nadie más!- Gritó el mayor yendo tras Jeongin

-¡Ya basta!- Jeongin se volteó sintiendo sus ojos humedecerse, miró al mayor unos segundos antes de suspirar y caminar hacia la puerta, ignorando los llamados del mayor

-¡Yang Jeongin! ¡Entiende carajo!

-Chan, déjalo- Una voz detrás de ambos se hizo presente, el mayor se volteó encontrándose con Woojin quien estaba cruzado de brazos admirando la discusión de la pareja

-Olvídalo- Susurró el australiano y siguió a Jeongin, quien ya había salido de la gran casa -Jeongin ¡Espera!

-Te dije que basta- Recordó el menor siguiendo su camino, limpiando uno que otro rastro de lagrimas que salían de sus ojos

-Jeongin...- El mayor apretó sus manos en puños antes de ir hasta el contrario y tomar su brazo con fuerza, sacando un gemido de dolor de los labios del menor -Ya no voy a soportar más insolencia de tu parte, hazme el favor y vuelve a la casa, Ahora mismo- Ordenó Bang quién tenía la mandíbula tensa.

Jeongin miró al contrario con terror antes de negar y tratar de soltarse de su agarre.
Un grito escapó de su garganta al sentir como su cuerpo era estrellado contra una pared cercana, la rodilla del mayor se encontraba entre sus piernas y una de sus manos sostenía sus sencibles muñecas, al mismo tiempo que la otra tomaba sus caderas.

-Me estoy desesperando Jeongin... Créeme, no me apetece violar a mi novio, pero si debo de hacerlo...

-¡E-Está bien!- Jeongin estaba estático mientras sus ojos no evitaban bajar hasta los labios del australiano.

¿Que demonios le sucedía?

Nunca había visto ese lado del mayor –En el poco tiempo que llevaban de relación– tan agresivo, tan posesivo y controlador.
Pero, el también estaba confundido, ¿Por qué no le molestaba? ¿Por que en ese mismo instante lo único que deseaba era besar al mayor y que este lo tomara una vez más?
Deseaba sentir al mayor una vez más, sentirlo golpear aquel punto que tanto amaba, que lo jodiera tan duro, evitando poder caminar, como en aquel momento.

-Jeongin...- La voz del mayor inundó sus oídos, y se ruborizo cuando un travieso gemido salió de sus labios, prendiendo al contrario. -Jeongin... Estás...

-Cállate- Susurró el coreano antes de sentir su estómago revolverse. Su mano fue instintivamente a su boca, cubriéndola.

-¿Qué sucede?

-C-Chan... Creo que voy a vomitar- Susurró el menor sintiendo su labio temblar, Bang preocupado, tomó al menor alzándole antes de comenzar a caminar con rapidez de vuelta a casa.

-¿Comiste algo en mal estado?- Preguntó mirando al coreano quien estaba pálido -Maldición, aguanta un poco más- Susurró el rubio y comenzó a correr hacia la gigantesca casa

-N-No recuerdo haber comido... Después de ir al aeropuerto a recogerte- Comentó Yang notando como se adentraban a la casa del contrario

-¡Woojin! ¡Llama al doctor Kim!- Ordenó Bang viendo al mencionado aparecerse en la sala de estar con un teléfono.

El mayor puso a Jeongin sobre el gran sofá, corrió al baño de invitados y tomó una toalla y un pequeño bote, llenó el mismo de agua y volvió al lado del menor.

-Dime si vas a vomitar- Pidió el mayor mojando la toalla antes de ponerla sobre la frente del menor

-C-Chan yo... Creo que necesito una...

-No, ahora no, es imposible- Se negó el mayor.

-¿C-Cómo lo sabes?

-No estás en tus tiempos fértiles... ¿Cierto?- Preguntó aterrorizado el australiano

-Hace una semana...

Stupid (ChanIn)Where stories live. Discover now