30. ¿Marca?

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Sin fecha

La espalda de Sook chocó con el colchón y cuando se quiso acomodar, le fue imposible porque Yoongi ya estaba encima de ella.

Esa sensación de ardor por todo su cuerpo había aparecido de la nada, y se había intensificado no sólo por la presencia de Yoongi y sus besos, sino por el tacto que él dejaba en su cuerpo.

Habían compartido momentos íntimos, habían dormido juntos previamente e incluso habían hecho alguna siesta, sesión de besos y mimos pero poco más, pero está vez era diferente.

La Omega sentía que no había límite entre su cuerpo y el del Alfa, aún con la ropa puesta, y que incluso si quisiese delimitarlos le sería imposible, no se sentía capaz de pensar con claridad y esperar que ese momento acabara.

Porque, obviamente, no deseaba que tuviera un final.

Tener un final significaba que algo no andaba bien, si bien se podía tratar de un rechazo mutuo por parte de sus lobos, también se podía tratar de Yoongi rechazando por completo el apareo e sumandole el hecho de que la repudiaba como su Omega.

─ ¡Eh! Amor... ─ susurró Yoongi en su oído, dejando un beso en la zona que hizo que Sook soltara un leve gemido. ─ Estoy aquí, concéntrate en mí, no te voy a rechazar... Yo también te necesito.

El celo estaba empezando a nublar su juicio, y si bien, en sus celos anteriores, sentía el dolor y todo lo que pasaba a su alrededor se intensificaba, esta vez era diferente. Diferente porque, siempre volvemos al punto anterior, estaba Yoongi ahí.

Yoongi hacía que todo eso fuese diferente.

No sólo porque el dolor del celo, gracias a él ya ni existía, sino que esa parte que tan poco le gustaba de la excitación, iba en aumento.

Se sentía algo sucia por no poder callar su boca, por escuchar como Yoongi no se contenía al soltar alguna que otra palabra sucia mezclada con amor, y porque la ropa le empezaba a sobrar.

La ropa.

Cuando se quiso dar cuenta, su camiseta había desaparecido en algún momento del camino del baño hacia la cama, y aunque quizá en otra situación se hubiera muerto de la vergüenza, ver como su Alfa empezaba a adorar su cuerpo, la hacía morirse de ganas de que aquello continuara.

Los besos seguían, cada vez más sucios, más duraderos; con sonrisas de por medio y algún que otro mordisco, y se sentía hermoso.

Hermoso porque cuando no se besaban, se miraban a los ojos y ambos podían sentir como el tiempo se paraba alrededor de ellos, como la temperatura del exterior empezaba a descender conforme iban llegando al punto cúlmine de la madrugada, pero que en el interior era todo al revés.

El calor hizo que Sook, sin una pizca de remordimiento quitara la camiseta de Yoongi, admirando los abdominales que tenía; porque si bien, no era un Alfa demasiado fuerte por culpa de su condición, hacer que la conociera a ella, había hecho que poco a poco empezara a ganar algo de peso y que cada músculo de su cuerpo se marcara.

Kim no dudó en deslizar sus manos desde el cuello de Min, descendiendo por sus brazos hasta situarlas en la espalda.

Sonrió.

─ Así que, todo esto es mío...

Volvió a sonreír, dejando claramente el tono pícaro de su afirmación.

─ Y lo que te falta por ver también es tuyo.

Y volvieron a estampar sus besos, porque no podían estar separados, sin que sus labios chocaran más de cinco segundos, porque era una necesidad.

I'm Yours  ➵ MYG [Cancelada]Where stories live. Discover now