Me Casaré Con El Magnate [1] (YA A LA VENTA EN FÍSICO)

Capítulo 10 (Muestra)

Borrador.

Capítulo 10

Aurora Flecher

-Lo sé, Lily. No te lo conté porque quería confirmar si en verdad íbamos en serio.

Estas malditas mentiras me matan.

-Se van a casar, entonces ya van en serio -dijo.

-Sí -afirmé.

-¿Cuándo te casas? -Esa era una buena pregunta.

Me casaría un 30 de julio. Me casaré con el magnate.

-Dentro de unos días -dije en un susurro.

-Por eso Alexander no había salido con nadie en estos últimos meses... -dijo Lily.

Ella era una fiel seguidora de Alexander Walton, de hecho, todavía se podían ver algunos posters del rostro de Alexander en las paredes blancas de la habitación de Lily.

-Estaba saliendo contigo -dijo como si hubiera descubierto algo-. Sí, pero aquí hay algo que falta, Aurora -dijo, causando que yo la mirara rápidamente.

-¿Qué es lo que falta? -pregunté.

-Tú no incumplirías alguna regla de nuestra amistad si no fuera necesario -dijo seria.

Lo peor de todo es que eso era cierto.

-Pasara lo que pasara, tú me habrías dicho lo que sucedía, me habrías dicho que conociste a Alexander... ¿Hay algo que no me estés diciendo?

Lo siento, Lily.

-No.

Mi gran error fue mentirle. Lily era como yo, no soportábamos las mentiras. Y el simple hecho de que una persona nos mintiera era algo que nosotras no perdonábamos.

-Aurora, puedes contarme cualquier cosa, y lo sabes. Aquí hay algo extraño, porque la Aurora que yo conozco no se casaría con un chico que conoce desde hace seis meses o, cuando viene a ver, menos.

Eso era cierto. Pero ¿Cómo le explico lo que sucede sin infringir todo lo estipulado en el documento que firmé?

-Todo está bien, Lily -dije sonriendo.

-Además, tu padre nunca lo aprobaría. Esto está muy extraño.

¡Sí, está muy extraño!, pero qué, si no puedo hacer nada.

-No, Aurora. Las cosas no están bien, y créeme que no sé lo que me estás ocultando

Oh, Lily.

-pero eres mi amiga y, sea lo que sea, quiero lo mejor para ti -dijo enarcando una ceja-. De verdad, no entiendo qué es lo que sucede. Nos contamos todo y, aunque sé que algo sucede aquí, no quieres decirme, ¿por qué?

Porque no puedo Lily. Solo la miré, intentando descubrir qué es lo que puedo hacer.

-¿Lo ves? -preguntó agitando las manos-. Algo sucede, ¿y sabes? Me duele que no confíes en mí. Cuando puedas decirme lo que sucede, ¡avísame! Y yo iré corriendo a ayudarte. Solo espero que lo que esté sucediendo sea lo suficientemente bueno como para romper con varias reglas de nuestra amistad, ¿o no las recuerdas? -preguntó con los ojos vidriosos y con la voz entrecortada.

-Sí, lo recuerdo.

Esto me dolía.

-Tercera regla: nunca le mientas a tu mejor amiga. Quinta regla: tu mejor amiga y tú no se separarán por nada del mundo, incluso si les llegara a gustar el mismo chico. Octava regla: siempre sé sincera con tu mejor amiga respecto a tus sentimientos; pase lo que pase, sé sincera. Sexta regla: respetar al amor de tu mejor amiga...

Lily enumeró y citó algunas de nuestras reglas en nuestra amistad. Cuando teníamos aproximadamente doce años, decidimos crear esa lista y juramos respetar las reglas, lo juramos; sin embargo, yo las rompí en el momento en el que decidí firmar el documento que Alexander me entregó.

Nuestros ojos estaban llorosos

-Décima regla: cuando tu mejor amiga necesite de ti, acude a ella sin importar qué -respondí mirándola a los ojos.

-Creo que esta vez seré yo quien rompa esa regla -dijo ella saliendo de su habitación llorando.

No estaba equivocada cuando dije que venir aquí sería el comienzo del final de mi amistad con Lily. Para muchos esto tal vez sería una tontería, pero entre Lily y yo nos tomábamos muy en serio el valor de la confianza, la honestidad y la sinceridad.

Valores que rompí hoy.

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