Narra Villa
Sentí mi corazón latir al mil. Cuando me di cuenta de que Simón había pensado que... Emm... Bueno.. Que nosotros íbamos a... Ya saben.. Pero fue mas mi culpa por la manera en que lo dije.
En fin. Llegamos a aquello que le quise mostrar siempre. Mi Lienzo.
Había una antigua muy antigua leyenda de mi familia en la que se decía. Que solo la persona de la descendencia que realmente hubiera encontrado el amor. Sería capaz de pintar el Lienzo sin recibir ningún daño. Y porque digo ningún daño?... Mi tatarabuelo había intentado pintar. Pero cada que se atrevía a acercarse al lienzo. Un dolor insoportable lo invadía. Una especie de protección propia. Y durante los años que siguieron a cada generación le hicieron intentar pintar. Sin lograrlo. Finalmente Nací yo. Y por alguna extraña razón. El Lienzo no me hacía nada. Podía tocarlo sin ningún problema. La familia tenía dos teorías. O yo realmente estaba destinado a ser quien encontrara el amor. O más bien. La que casi todos creyeron. Que yo no era de la familia.
Simón logró pintarme. Jamás me había visto de esa manera. Era volver a descubrirme. Y saber como era que el chico de anteojos me veía. Aún a través de aquellos cristales. Y aún con aquellos penetrantes ojos chocolate.
Con la mitad de mi cuerpo temblando. Decidí tomar el pincel. Simon y yo casi no habíamos intercambiado palabra. Me miró y sonrió para ver el Lienzo y hacerme señas como diciendo que era mi turno.
No estaba asustado.
Estaba aterrado.
Y más que por lo que podría pasar al tocar el Lienzo con el pincel.
Temía a que Simón preguntara porque.
Me temblaban el dedo índice y pulgar mientras sujetaba el pincel.
Simón: porque tanto miedo, bonito?
Juan Pablo Villamil no tenía idea de cómo. Pero ese pequeño "bonito" lo había hecho temblar y como consecuencia mi mano cayó en el Lienzo.
Y... Nada....
Di un par de pinceladas aleatorias. Esperando alguna reacción. Pero no pasó.
Simón:hay algo... Con el Lienzo?
Villa: es... Una larga y bonita historia. Pero por ahora. Estoy tratando de entender varias cosas.
El lienzo nunca me hizo daño....
Esperaba de cierta modo que nada pasara. Pero de todas maneras fue una sorpresa.
Mi sorpresa fue transformada en alegría. Y empecé a pintar a Simón. Así como el había hecho conmigo.
Simón: sea lo que sea que guarde ese Lienzo. Papo, su sonrisa nunca se había visto así. (sonrió también)
Miró al dibujo que yo había hecho.
Simón: en serio así de guapo me veo, Papo?
Villa: y yo no se pintar...
Simón tomo mis mejillas. Cruzo por unos segundos su nariz con la mía. Jamás se había sentido tan bien respirar el mismo aire que otra persona. Pareciera que cada partícula de aire que Simón suspiraba. Se volvía parte de mi. Era respirada por mi.
Y...
Y si yo fuera el destinado por el Lienzo..?
Y si fuera Simón....la persona a quien debería estar atado?...
Eso lo sabríamos....
Simón y yo nos separamos, cubrimos el Lienzo, tomó mi mano.
Simón: Villito, me haría el honor de salir conmigo hoy?
Yo. En mi mente...
Simón... Por mi puedes llevarme al espacio. Así como haces cada que me miras. Por mi puedes hacerme conocer cada mar que este mundo o que otros mundos tengan. Porque sabre que eres mi brujula. Mi estrella de norte. Y mi barco. Por mi. Puedes hacer lo que a tu corazón le plazca Simón Vargas. Mientras no sea abandonarme. Soy todo tuyo.
Lo que en realidad dije:
Por supuesto, monchito ❤️
