Capítulo 50: La rebelión del bosque parte 3

2.8K 389 180
                                    

Fragmento extraído de la bitácora personal del Capitán de la división de delitos sagrados de Alamhara, Wallen Rando de Malaktra.

Ante nuestra incredulidad, la driada alzó el báculo. Las plantas muertas se levantaron y comenzaron a cubrirla como una coraza putrida. El antiguo artefacto emanaba una magia pestilente.

Para poder quitarle el báculo debíamos distraerla. Lo único que podíamos hacer era atraer el fuego a ella.

Los ents sobrevivientes estaban lejos tratando de acabar con el incendio. No era algo fácil de ordenar, un nudo en mi garganta me impedía dar la orden que condenaría a criaturas inocentes.

--Quemen a esos ents.

--No! Yo me encargo de quitarle el báculo!

El que hablo fue Iogara'ju. Se acercó jadeando y con un arma secreta bajo la manga.

Alu'majuri les había dejado a su especie un sello de control sobre objetos. Una magia incomprensible para nosotros y de flujos y combinaciones complejas e indesifrables. Pero los Impirei les habían heredado a los suyos sus secretos de otro mundo.

--Bien que necesitas, habla rápido.

--Solo necesito que la envenenen más, ella está tratando de absorber el herbicida. Envenenen los otros árboles y monstruos planta y los tratará de absorber.

De inmediato Glendra y Sindala comenzaron el proceso. Utilizando flechas especiales que regresaban al arco y flechas mágicas arcanas imbuidas con veneno.

Los magos y Elumaki comenzaron a preparar el el hechizo de Subyugación sacro. Vitrial y yo continuamos con nuestra lucha cuerpo a cuerpo junto con los guerreros restantes.

El iroimpirei demostró un gran dominio sobre la magia antigua. La driada movió el báculo en dirección de los árboles moribundos para canalizar su energía y salvarlos de las toxinas capaces de matar plantas. En ese momento Iogara lanzó una red de magia formada por runas.

--Sello de retorno! A'hul leiure naue!

El extraño encantamiento de la red atrapó el báculo y la driada lo soltó de inmediato al ser abrazada por fuego estelar.

Creímos que apartir de ahí todo marcharia bien, que la masacre terminaría ahí. Pero quizá nuestras acciones importunaron a más especies.

Un aullido aterrador retumbó en el bosque. El fuego comenzó a arder de color azulado y de pronto la temperatura bajo abismalmente.

Un gruñido, el ruido ensordecedor de un escudo mágico rompiéndose como cristal. Un enorme lobo plateado entró al campo de batalla.

De sus patas emergian púas de hielo, las esquivamos como pudimos sin salvarnos de heridas graves, luego rayos lunares lanzados indiscriminadamente.

Ninguno daba crédito al monstruo poderoso que habíamos atraído, un ser colosal y majestuoso con sed de sangre.

Mire a Glendra y Sindala, ambas estaban muy cerca de él.

--Alejense! Sindala!

Apenas pude acercarme a ella, pero no a tiempo. La enorme bestia le arrancó el brazo a la selvarina después de que ella empujara a Glendra fuera del alcance del monstruo.

Lo golpee en las fauces sin embargo apretaba más la mandíbula, cortando la carne y costillas, abriendo hasta destripar a la mujer que amaba. Yo no pude hacer nada para salvarla más que gritar como loco y golpeando con todas mis fuerzas a un ser que logré reconocer como a un posible rango S.

Estábamos perdidos, si un semi dios estaba haciéndonos frente no había nada más que hacer.

Sin embargo la bestia libero a Sindala.
Ella seguía viva, solo inconsciente. Glendra estaba tan impresionada que tardó en reaccionar hasta que la sacudí y le pedí curar la hemorragia y recojer dentro del abdomen de su hermana sus intestinos.

🌱La chica planta contra el mundo🌱[Corrigiendo]Where stories live. Discover now