14: Agonía

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Tal como JongDae había dicho, llamó de inmediato a MinSeok para resumirle lo que ChanYeol le había comentado. El mayor, dispuesto completamente a ayudar al amigo de su pareja, no tardó ni una hora en reunirse con ellos en medio del bosque que solía entrenar a JongDae.

También se habían acoplado en ese bosque, pero era en un detalle que JongDae le diría más tarde a su amigo.

ChanYeol estaba sentado sobre el tronco de un árbol, con todas sus esperanzas puestas en el par de lobos. De ellos dependía el hecho de poder controlar a su lado animal, el poder reinsertarse en la vida de los humanos sin temor a perder el control y adoptar su forma lobuna en frente de uno de ellos.

Cuando MinSeok se reunió con ellos, lo único en lo que ChanYeol pudo concentrarse fue en ese atisbo de aroma que guardaban las ropas del más bajo. Era el aroma de BaekHyun, impregnado de alguna manera en las prendas que el compañero de su amigo vestía ese día.

—Lamento la demora, había... Ciertos asuntos que terminar en el clan. — MinSeok dijo, besando a su compañero en los labios y mirando a ChanYeol con un suspiro de por medio. — JongDae ya me ha dicho lo que deseas, pero temo que debo advertirte algo primero. — El más alto de los tres lo quedó mirando con una ceja alzada. Su estómago estaba un poco revuelto y sentía ganas de vomitar, de pronto estaba enfermo. — Es una pésima idea pretender manejar a tu lobo ahora que estás acoplado a tu pareja. Él no estará conforme, ya no puedes esconderlo como antes.

—Pues por eso he buscado ayuda en ustedes. — ChanYeol respondió, sin saber por qué comenzaba a sentirse furioso.

En realidad, sí lo sabía, y la respuesta iba quedando más clara en su mente a medida que el aroma de BaekHyun se sentía más fuerte en sus fosas nasales y el dolor en su vientre comenzaba a agudizarse, como si alguien estuviese apretando sus tripas desde adentro.

—Solo quería advertírtelo. Haré lo mejor que pueda, pero no será fácil. — MinSeok terminó diciendo, JongDae ya le había advertido que el alto no daba su brazo a torcer cuando algo se le metía en la cabeza, por lo que no tenía de otra que acatar lo que ChanYeol quería e intentar ayudarlo, aunque sabía de antemano que cualquier esfuerzo sería en vano.

MinSeok ya podía oler el aroma a lobo en ChanYeol, aquello era un indicio claro de que su animal estaba más presente que nunca.

—Lo primero que tienes que conseguir, es enseñarle a tu lobo que quien tiene el control eres tú. Tú decides cuando transformarte, no él. — MinSeok comenzó a decir, tomando una pequeña piedra del suelo y moviéndola en su mano. — Para eso, debes aprender a manejar tus emociones. — Antes de que ChanYeol pudiese reaccionar, la piedra había dado en su pecho provocando que frunciera el ceño. El dolor de su vientre había ascendido a su pecho para entonces, pero lógicamente no se debía al golpe de la piedra. — Canaliza cualquier emoción, concéntrate en ella y no dejes que te domine. Quien tiene el poder de tu mente eres tú, recuérdalo. — Otro piedrazo lo atacó.

No tenía idea de la intención de MinSeok al lanzarle piedras, seguramente era buscar que se enojara y así controlar su ira, pero lo que estaba consiguiendo era un agudo dolor en el pecho que se intensificaba con cada segundo, que ponía su visión borrosa y le impedía escuchar con claridad cualquier otra cosa.

El aroma de BaekHyun le quemaba por dentro, y su lobo aruñaba con sus garras queriendo salir a luchar con aquel lobo que tenía el aroma de su pareja encima.

—¡Mío! — Gruñó desconcertando a los dos presentes. MinSeok frunció el ceño y JongDae se acercó más para evitar cualquier cosa. — ¡Joder...!

—¡ChanYeol! — JongDae corrió hacia él cuando lo vio caer de rodillas al piso con sus brazos rodeándose con fuerza, como si estuviese juntando su pecho abierto. — ¿Qué te pasa? ChanYeol... ¡ChanYeol!

Esta parte de mí [ChanBaek]Where stories live. Discover now