Día 4: Familia política.

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No me pegues lo joto.

México se encontraba nervioso mientras preparaba la mesa junto a Rusia, hoy era una cena super importante y México deseaba que saliera lo mejor posible. Habían estado organizando esa cena durante todo aquel mes pues sabían que una cena donde juntaran a todos sus hijos seria prácticamente imposible, así que habían optado por invitar solo algunos de ellos... los mejor portados por así decirlo; pero México temía el como iban a reaccionar luego de la cena.

Querían que sus dos familias congeniaran; pero en ambas casa sabían que había la posibilidad de que no aceptaran su relación y hasta en el peor de los casos, podrían generar hasta una revolución. Varias veces ambos habían presenciado hasta que extremo los caminos del odio podrían conducir a las personas.

Linchamientos

Violaciones

E incluso... hasta asesinatos ...

Todo por el pecado de amar.

México sentía tanto miedo de que a Rusia le pudiera pasar algo así; que varias veces había desistido de la idea de hacer publica su relación; pero luego de tanto tiempo viviendo con el miedo al "que dirán" y soportar por tantas bromas despectivas en las cuales tenían que reír para no llorar. Ambos habían tenido suficiente.

Con miedo o sin el, esta cena se llevaría a cabo y luego de esta... ambos afrontarían las consecuencias.

Ni un paso atrás... ni siquiera para tomar impulso. (Pinche viejito)

Finalmente el sonido del timbre interrumpe los pensamientos de México. Los invitados han empezado a llegar; y tras comprobar la hora en el reloj de la sala, México solo puede creer que se tratan de alguno los hijos de Rusia, pues faltan solo diez minutos para la hora. Pinches europeos con su puntualidad perfecta. Pero el timbre vuelve a sonar, como para anunciarle que la batalla más grande por el amor de su vida ya esta tocando a la puerta.

México da un ultimo suspiro, se quita el mandil que se había puesto para no ensuciar su ropa y finalmente se dirige a la puerta, pues sus invitados esperan.

Mientras tanto entre las calle de la ciudad de México...

Un olor fétido llena repentinamente en callejones por el que dos states andan pasando.

-No mames wey, parece que te moriste con ese pedo que te echaste- menciona todo asqueado el más alto de los states que anda como siempre con ropa informal, mientras trata de dejar atrás a su hermano mayor (pero no por eso el más alto) tratando de alejarse del olor que despide.

-Pinche fresa, como si tus pedos olieran a flores- dijo con humor el mas pequeño de los states, él cual viste ropa mas casual y más cara que la de su hermano menor; el cual no parece nada ofendido por las palabras de su hermano y mucho menos avergonzado, cuando ahora con intensión se tira otro pedo.

-No mames CDMX, si vas a estar así durante la cena mejor ni vamos carnal- dijo el ahora más asqueado state mientras trataba con todas sus fuerzas el no vomitar inducido por el tremendo hedor de su hermano.

-Hay si aja ya te creo pinches florecitas-dijo en tono burlón CDMX a la vez que intentaba pasar desapercibida la tos que amenazaba por brotarle del pecho -Si te morías de ganas por ver a tu piche edificio europeo que va a estar en la casa, pinche joto.-dijo de manera divertida mientras con sus manos hacia el juego del hoyo y el palo.

CDMX sabia que desde hacia muchos años que había invitado a su hermano a ver el Ballet Folclórico de Moscú, su hermanito había tenido un flechazo al ver bailar también a la capital durante el expectaculo. Y esa noche CDMX tenia todas las intenciones de molestar al extremo a su hermano.

Semana RusMexWhere stories live. Discover now