Capitulo 25

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Es sábado por la mañana, una débil luz solar, entra por mi ventana, iluminando mi rostro, me giro hacia el otro lado y abro los ojos, me encuentro con kitty, que duerme plácidamente a mi lado, en que momento llego aquí?. La despierto moviéndola un poco, pero ella se niega a despertar. Por lo qué la dejo dormir y yo me levanto, a preparar el desayuno, ni siquiera me percaté de la hora, simplemente me levante. Y soy la primera en hacerlo, la casa está en una paz y silencio absoluto.
Quiero hacer galletas, pero desecho la idea a los pocos segundos, no creo tener humor para eso, menos si no estará Peter para comer algunas de ellas...
Así que solo preparo un desayuno normal y sencillo, los primeros pasos que escucho, son ruidosos y pesados, por lo que sé que pertenecen a papá. Yo intento concentrarme en lo que hago, para evitar que papá tomo algún tipo de diálogo conmigo, donde implique que lo cuente como me siento y todo eso.
Me mantengo ocupada, pero siento sus ojos detrás mío, cuando ya no lo puedo evitar más, me volteo y lo encuentro ahí sentado, mirándome con atención.
-Buenos días papá —Le digo son mantener la mirada
-Buenos días cariño, como amaneciste hoy?—Me pregunta, mientras se le forma una arruga en la frente.
-Pues bien—Le digo sirviendo café
-Donde fuiste anoche?—Me pregunta con tono acusador
-A dar una vuelta, necesitaba despejarme.—le miento, mientras siento como las piernas se me aflojan.
-No me mientas Lara jean, se que fuiste a ver a Peter, la madre de él me llamo, al parecer una enfermera la puso al tanto de la situación, ella me pidió que hable contigo—Me dice con tono nervioso, mientras se acerca a mi poco a poco y toma mi mano, para que deje de servir café.
-Ella no puede impedirme verlo.—Le respondo con un hilo de voz y mirando el suelo. Él me abraza y acaricia mi cabello.
-Cariño, ella es su madre, y lamentablemente, ella está en todo su derecho.—Su voz es baja, y sigue abrazándome.
-Es injusto, yo sé que Peter me necesita a su lado.—Le respondo entre sollozos. Él seca mis lágrimas y me mira con ojos comprensivos y se que él piensa igual que yo.

Después de tomar desayuno, salgo con kitty a pasear el perro, ella camina alegremente y yo la sigo, tratando de mantener la sonrisa. Cuando llegamos a la calle de Peter, me quedo paralizada, sin poder dar otro paso, y todos los recuerdos vienen a mi cabeza de repente. Kitty me mira atónita, y tira de mi mano.
-vamos Lara jean!! Porque te quedas parada?.—me pregunta con incertidumbre
-Creo que deberías volver.—Le respondo, mientras doy la vuelta y comienzo a caminar de regreso. Ella me agarra de nuevamente
-Debes vencer tus miedos Lara jean, no puedes arrancar de todo.—me acusa
-No arrancó, solo no quiero pasar por la casa de Peter.—le respondo un poco molesta. Y sigo caminando de regreso, ella no me sigue, solo me da una mirada de molestia y ella sigue su camino.
Por un momento, me siento bastante idiota, por no continuar el camino con kitty, pero luego me doy cuenta que es lo mejor, no quiero vivir todas esas sensaciones de tristeza en frente de mi hermana pequeña.

Luego de volver a casa un poco desanimada, evitó a todo el mundo y me recuesto en mi cama, me quedo quieta, tumbada de espaldas y con la cabeza medio colgando en el borde de la cama, toda mi atención y concentración, está puesta en mi techo. No se cuento tiempo transcurrió, hasta que el sonido de mi celular me despierta.
-Kitty, que sucede?—Le preguntó sin ánimos, en realidad, me iba ilusionado, pensando que sería de otra persona aquella llamada...
-Lara jean, quieres ver a Peter?—Me pregunta ella en respuesta. Una sonrisa ilumina mi rostro en fracciones de segundos.
-Por supuesto que quiero—Le respondo rápidamente
-Bien debes ir ahora mismo, Owen me ha dicho que su madre tiene que hacer un pequeño viaje y estará unas horas fuera de la ciudad, por lo que no tendrás que preocuparte por ella.—Ne dice con tono alegre.
-Pues... de seguro dejo órdenes estrictas, para que yo no pudiera verlo.—suspiro un poco triste
-Con Owen podemos ayudarte a entrar, solo si te atreves—Me contesta un poco burlona
-Voy para allá.—es lo último que le digo antes de cortar el teléfono y partir a toda prisa.

Peter K. & Lara JeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora