◇◇ocho◇◇

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Yoongi se encontraba en camino hacía el departamento de Hoseok para ayudarlo con una trabajo de la universidad, habían pasado unos días desde que lloró en frente de él, las cosas fueron incomodas por un tiempo, pero luego simplemente lo olvidaron, o al menos Yoongi pensaba que Hoseok ya no lo recordaba.

Hacía frio y el cielo se veía nublado, Yoongi iba abrigado con una chaqueta grande de color café, una bufanda negra y un pequeño gorro gris, la verdad si le había gustado cambiar su forma de vestir, se sentía mejor consigo mismo. Miro al cielo con su ceño ligeramente fruncido cuando sintió una fría gotita caer sobre su mejilla, no tenia paraguas y aún faltaba para llegar a la casa de Hoseok, así que empezó a correr.

Le faltaban unas dos cuadras, subió un pequeño escalón corriendo totalmente empapado, como el piso estaba húmedo cayó fuertemente al suelo, su pantalón se rasgó y sus rodillas se lastimaron, sus manos igual y para completar la motricidad fina en ese momento decidió fallarle por completo dejando que su rostro tocara un poco el pavimento haciendo que se lastimara un poco su mejilla derecha, pequeños rastros de sangre se veían en aquéllas zonas.

— ¡R-Rayos!— gimoteó de dolor, no había sido tan grave, pero la sangre era escandalosa y hacia parecer todo mucho más doloroso, se levantó del suelo lentamente con sus ojos un poco llorosos, caminó despacio hacía el edificio donde Hoseok vivía, cojeaba un poco.

Entró al edificio tiritando de frío, el guardia del edificio pidió su nombre para luego llamar al departamento de Hoseok, dándole paso cuando este lo autorizo.

Subió al ascensor, se miró al espejo para arreglarse un poco, tenía sus labios morados por el frio, su gorro estaba empapado junto con el resto de su ropa, tocó un poco el raspón de su mejilla, respingó al toque, todas las heridas le ardían terriblemente debido al agua y los pequeños rastros de mugre en ellas.

El ascensor se detuvo en el piso cuatro, salió mientras se abrazaba así mismo, paró enfrente de la puerta con el número "28" y golpeó con sus nudillos, la puerta se abrió rápidamente.

— ¡Hyung! Que gus... ¡DIOS MIO, MIN YOONGI! ¡Estas empapado!— en ese momento lo menos que le importaba a Yoongi era estar empapado, Hoseok llevaba una camisa negra deportiva holgada, dejando ver sus brazos un poco musculosos, unos pantalones holgados de color gris y su pelo negro totalmente rizado y alborotado, se veía tan sexy.

Hoseok hizo pasar a Yoongi, lo llevó directamente a su habitación para que se cambiase de ropa, después de todo la lluvia había sido de buena ayuda.

— Te traeré un poco de ropa ¿de acuerdo?— Hoseok se dirigió a su armario, Yoongi se sentó en el borde de la cama del menor esperando por las prendas tratando de no mojar por completo la cama, al parece Hoseok no había notado las heridas que tenía su hyung.

— Eres muy amable, Hoseok-ssi— Yoongi se abrazaba así mismo con más fuerza, a pesar de que se encontraba en un lugar con calefacción aún tenía muchísimo frio.

— Aquí tienes— Yoongi recibió las prendas y agradeció, esperó a que Hoseok se retirará de la habitación pero este solo lo miraba fijamente, se estaba poniendo nervioso, duro unos segundos así hasta que Hoseok abrió los ojos e hizo una mueca de sorpresa, Yoongi lo miro extrañado— ¡Dios mio, Yoongi hyung! Estas todo lastimado ¿por qué no avisaste?.

Yoongi se encogió de hombros.

— No es tan grave...— Hoseok negó con sus brazos cruzados, Yoongi lo miró divertido, a veces era él quien parecía el mayor.

— Voy a ir por mi botiquín, ponte la camisa que te acabo de pasar, vuelvo enseguida— Hoseok se retiró rápidamente, Yoongi rio bajito, su dongsaen se preocupaba mucho por él, eso le gustaba de sobre manera. Tomó la camisa de color blanco en sus manos, amaba usar ropa de Hoseok, la acercó un poco a su nariz, aspiró el olor del perfume de Hoseok en la camisa, toda su ropa olía de esa forma, suspiró y se dispuso a cambiarse.

ℓο գυє нοѕєοκ գυιєяα  { 𝓱𝓸𝓹𝓮𝓰𝓪 | 𝓼𝓸𝓹𝓮 | 𝔂𝓸𝓸𝓷𝓼𝓮𝓸𝓴 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora