El comienzo

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Llegó el momento que estaba tratando de atrasar con tanta desesperación, el momento de ir al cuarto que vamos a compartir. Cuando él no hace ningún indicio de querer moverse lo hago yo, Hunter me sigue unos pasos atrás, el camino al cuarto se me hace extremadamente corto. Con una mano temblorosa abro la puerta y le ruego a quien sea que me esté escuchando que Hunter no note lo nerviosa que estoy. En cuanto entro a la habitación me quito los zapatos de tacón que me están destrozando los pies. Él se queda viéndome desde la puerta, pensando.

—Nunca había compartido cuarto con alguien que no fuera de mi familia.— dice en voz baja, sigue en su lugar sin mover ni un solo dedo.

—Puedes empezar entrando al cuarto. — me mira a los ojos y da un paso dentro, con una pequeña patada logra cerrar la puerta. De todo me imaginaba, menos ver al hijo del diablo incómodo llegando a lo nervioso. Me río porque se mira de lo más incómodo, como si yo fuera de otro planeta. No me creo que no haya compartido cuarto con otra persona, pero no quiero comenzar una pelea, aún no. — Tus cosas deben de estar acomodadas ya en el closet.— señaló la puerta del closet. Aún sigue parado por la puerta. — Bueno, no sé como prefieres dormir...

— Debo de tener un pantalón deportivo por ahí. — lo veo desaparecer dentro del closet, después de quitarme toda la joyería voy para allá también.— ¿Toda esa es tu ropa?— Me pregunta cuando me ve entrar. Veo a donde está apuntando, mi espacio está bastante lleno, en cambio por su lado sobra mucho.

— ¿Esa es toda tu ropa?— arqueo una ceja

— No necesito mucho— se defiende.

— Si te creo que tu crees eso— espera una explicación— Tu no, pero tu nuevo estilo de vida si.

— ¿De qué hablas?— Se cruza de brazos.

— Hunter, ganas más de lo que puedes contar tú solo, ¡al mes!— sonríe orgulloso por mis palabras. — Y te vistes como si ganaras cinco dólares la hora. Además que ahora tendrás que asistir a reuniones, fiestas, galas, entre otras cosas.

— No necesito ropa cara.— frunce el ceño molesto

— Eso no es lo que te estoy diciendo, además de que ropa buena no es lo mismo que ropa cara. — veo en su cara que aún no me entiende. — Lo que intento decir es que necesitas ropa nueva.— le enseño una camisa que era blanca y ahora tiene un tono amarillento, con un enorme agujero en la parte del cuello. Se ríe al verla y me la quita de las manos.

— Supongo que no he tenido tiempo para ir de compras. —  justifica, evito hacer una cara de espanto cuando lo veo colgar la blusa.

— Lo bueno de ser tú, es que puedes mandar a gente a hacerlo por ti.— descuelgo la camisa, no sé en qué estaba pensando cuando la volvió a colgar, es más que evidente que esta camisa ya no cumple con la función por la cual ha sido creada.

— No, ¿qué tal si me compran algo que no me gusta? — Una vez más me quita la camisa de las manos para volver a colocarla en donde la encontre.

— Tu estilo es bastante sencillo. Un par de camisas blancas y negras junto con jeans de mezclilla. Unos cuantos trajes para eventos especiales. No creo que se equivoque y si no te gusta la ropa la podemos devolver o cambiarla por otra que si te guste. — Descuelgo la camisa rápidamente y la pongo detrás mío. — Ya no sirve, va a la basura. — Levanta los brazos en forma de rendimiento y cantó victoria en mi cabeza. Le quitó el gancho y la dejó en el piso cerca de la puerta.

— Entonces debería de ser tu quien me compre la ropa. Además de que vas a ser tu quien me vea todos los días, más vale que te guste lo que veas. — dice soltando una risita incómoda, lo vuelvo a ver y me encuentro con la imagen más adorable, Hunter rascando la parte trasera de su cuello con un leve rubor en sus mejillas. ¿Acabo de llamar al hijo del diablo adorable? Mi pensamiento me da risa, Hunter es de todo menos adorable. La verdad estoy muy sorprendida por cómo es, los juzgue por las cosas que escuche y no puedo evitar sentirme un poco mal. Pero he visto las cosas que ha hecho y cómo trabaja, aún así se me hizo adorable. Espero que siempre sea así, aunque ahora que pienso yo estoy tratando de ser mejor persona de lo que soy solo para poder estar bien con él y tal vez él esté haciendo lo mismo. Digo vamos a tener que pasar el resto de nuestras vidas juntos, sin elección a terminar nuestro matrimonio.

La familiaWhere stories live. Discover now