Capítulo 11. Niña de los ojos tristes

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Julia: ¡COÑO ALBA, QUE SOY FAMOSA!

El grito de la gaditana desde el salón provocó una carcajada de Alba, que en esos momentos se encontraba en la cocina preparando el desayuno para las dos. La noche anterior la fiesta en el karaoke había acabado bastante tarde, por lo que Julia decidió quedarse a dormir en casa de su amiga por ser la más cercana al local. Al levantarse la rubia había estado revisando su móvil. Primero entró al grupo de Whatsapp, Mamas proud, donde habían compartido los vídeos y fotos que habían sacado la noche anterior en aquel karaoke que les había visto hacer el gamberro sobre el escenario a base de bien y  en el que había agregado, tras comentarlo con el resto, a la gaditana y a Marilia. Después había entrado a Twitter, viendo que tenía bastantes notificaciones, y es que alguien les había reconocido durante el concierto y los fans tanto de Natalia como de Alba estaban viviendo su mejor vida compartiendo algunas fotos y vídeos en los que se las podía ver bailando totalmente motivadas junto a sus amigos. 

@Lacunzer4ever: Ni idea de cuándo, cómo y por qué se hicieron amigas estas dos, pero estoy living con la situación!!!! (Vídeo adjunto)

Sonrió al leer aquel comentario, recordando la conversación que había tenido con Natalia la noche anterior. Pero lo que más gracia le hizo fue un vídeo que algún fan había encontrado por Instagram en el que se las podía ver a Julia, Natalia y ella misma cantando Este amor ya no se toca la anoche anterior, cerveza en mano y casi sin poder seguir la letra de la risa que les entró al ver la coreografía que los idiotas de sus amigos improvisaron desde abajo del escenario.  Fue idea de Julia coger aquella canción bajo el argumento de que para que fuese ella la única en hacer el ridículo al subirse con dos cantantes lo harían todas juntas, y ahora aquel vídeo estaba circulado como la pólvora por las redes gracias, entre otras cosas, a que Natalia lo había compartido en su Twitter, previo consentimiento de las otras dos, bajo el comentario "Joder, me parece que se ha filtrado nuestro ensayo para la Super Bowl". Julia llevaba ya un buen rato leyendo los comentarios muerta de risa y disfrutando de las reacciones que le iban llegando de sus amigos y de su novio ante aquello.

Julia: ¡Que se está haciendo viral un vídeo mío haciendo el mamarracho al lado de la mismísima Natalia Lacunza! -Seguía diciendo móvil en mano-. Que yo ya he ganao en la vida, Alba.

Alba: Ella, que es un estrella -Bromeó la cantante entre risas-.

Las dos amigas se pusieron a desayunar entre bromas, rememorando algunas de las actuaciones de la noche anterior y comentando lo bien que lo habían pasado todos juntos.

Julia: Oye no, pero mira que iba yo un poco acojonaita al principio, pero la verdad es que muy bien. Son todos majísimos.

Alba: Sí, son un grupo con muy buen rollo, la verdad.

Julia: Oye, y Natalia me sorprendió mucho, ¿eh? -Apuntó tras darle un trago a su café-. Fíjate que la tenía como una persona seca o algo estirada, pero nada que ver. Es un encanto

Alba: Sí, lo que pasa es que la ves ahí con sus tatuajes, tan alta y tan imponente y siendo tan famosa y te creas una imagen en tu cabeza que luego no es así para nada.

Era cierto. A ella misma le había ocurrido lo mismo al conocer a Natalia. Alba siempre había sido una admiradora de la música de la morena, pero nunca se había parado a intentar conocer a la cantante más allá de su faceta como artista. Lo que conocía de la navarra era lo que veía de ella en el escenario o en las sesiones de fotos que compartía de vez en cuando en sus redes, asociando a la cantante con esa energía de mujer fatal y ese aire de diva, pero nada más lejos de la realidad.  El tiempo que había compartido con ella la había hecho descubrir a una Natalia cercana, divertida e incluso tímida en su día a día que poco tenía que ver con la imagen que ella se había construido en si cabeza.

Nuestra mejor canciónWhere stories live. Discover now