Capítulo 25. ¿Ha pedido usted un Uber?

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El resto de la tarde pasó tranquilo en casa de las Reche. Ni Marina ni la Rafi habían vuelto a sacar el tema. Eran plenamente conscientes de que aquella conversación había supuesto un desgaste emocional importante para Alba, por lo que se habían limitado a hacerle ver que estaban ahí para ella si las necesitaba. Fue al día siguiente, mientras Alba preparaba su maleta para dejarla lista antes de que su padre pasara a buscarla para ir a comer antes de llevarla a la estación, cuando su madre creyó conveniente retomar aquel tema que habían dejado aparcado.

Rafi: Cariño, sólo quería decirte que estoy muy orgullosa de ti -Dijo agarrándole la mano-. Sé que no ha sido nada fácil para ti compartir lo que ocurrió y, ni me quiero imaginar lo mal que lo habrás pasado todo este tiempo... -Su mayor pesar de todo aquello no era que Alba no se lo hubiese contado porque entendía perfectamente sus motivos, sino no haber podido ayudar a su hija cuando más lo necesitaba-.

Alba: Mamá... -Veía a su madre bastante afectada y no quería verla así por nada del mundo-. Siento no haberlo dicho.

Rafi: No, no es un reproche ni mucho menos, Alba. Lo entiendo, de verdad -Aclaró mirándola a los ojos para que viese que era cierto-. Escúchame... ¿Has... has pensado en buscar ayuda profesional? Has dado un gran paso y sabes que nos tienes aquí para ayudarte en todo lo que necesites, pero sabes que a veces eso no es suficiente.

Alba: Ya lo sé, mamá. Y sí que me lo he planteado, pero ahora mismo.... Entre el disco, las firmas, la promo... -Suspiró-. No sé si voy a poder compaginarlo todo.

Rafi: Ya, pero piensa que aquí lo más importante eres tú, cariño. No lo olvides.

Alba: Lo sé, mamá -Le dijo con una pequeña sonrisa-. ¿Sabes? Durante estos dos años me centré en olvidarme de todo aquello... Me centré en la música y en aquellas cosas en las que mis inseguridades y mis miedos no eran un impedimento. Es como que.... Me conformé con vivir a medio gas, y me he dado cuenta de que nunca llegué a tener la intención de enfrentarme a ellos -Explicó, poniendo en palabras aquello en lo que había estado pensando la noche anterior mientras conseguía dormir-. Creo que es la primera vez que siento que de verdad quiero hacerlo, que de verdad quiero acabar con esos fantasmas de una vez por todas y... No sé, dejar de privarme de cosas por su culpa, ¿entiendes? Quiero hacerlo, y te prometo que si no me siento capaz de conseguirlo yo sola, buscaré ayuda.

Rafi: Me alegro mucho cariño -Dijo mirándola con todo el orgullo que le cabía en los ojos-. Te mereces ser muy feliz y estoy segura de lo vas a conseguir. Y yo estoy aquí para asegurarme de eso.

Alba: Gracias, mami -Contestó abrazándose a su madre, y por un momento la Rafi volvió a ver a la niña de 3 añitos que se le abrazaba al cuello como un koala cada vez que salía del colegio buscando mimos-.

Poco tardó su padre en ir a buscar a los dos hermanas para comer en uno de sus restaurantes preferidos. Tenían que comer temprano si no quería perder el tren. Aprovecharon la comida para ponerse al día de sus vidas, para hablar de sus planes más inmediatos y para recordar algunas anécdotas de cuando eran pequeñas. Miguel Ángel, siempre muy atento a todo lo que se comentaba en redes sobre su hija, también aprovechó para interesarse por su relación con Natalia, aunque de una manera mucho más suave que la Rafi. Por suerte su padre no había nacido con aquella vena cotilla e insaciable que tenía su madre y, si su hija le decía que era una amiga con la que se llevaba muy bien, a él le bastaba aunque su instinto de padre -y la cara de "yo sé algo que tú no sabes" que había puesto su hija menor- le dijeran que esa versión se quedaba muy corta. 

Su padre se encargó de llevarla con tiempo a la estación y, después de despedirse de ella con un abrazo enorme y recordándole que se verían en cuestión de pocos días en Madrid para la presentación oficial del disco, el pobre hombre casi tiene que recurrir a la fuerza para conseguir que su hija menor soltara a Alba y la permitiera meterse en el tren.

Nuestra mejor canciónWhere stories live. Discover now