1

1K 97 54
                                    

Otra vez daba vueltas en mi cama, hacía varios minutos que trataba de conciliar el sueño pero por H o por B no podía. Uno tras otro los pensamientos desfilaban en mi mente, era una pasarela interminable que me atormentaba cada noche.
Mi cerebro no quería ponerse en modo avión ¡Pero no podía pasar otras veinticuatro horas sin dormir! Aunque tampoco quería dormir realmente, cada sueño terminaba en pesadilla y por el susto volvía a despertar. ¿Cuál era el punto entonces? Pero seguro mi cuerpo me pasaría factura en las clases haciendo que me atrase más en entender los tema. Otra carga más.

—Bien Yoohyeon... Tal vez ya debas tomar una pastilla. —Inhale profundo ante la idea de tomar otra ese día.

Miré mi cajón cerrado con la poca luz que entraba por la ventana, estaba por abrirlo cuando se escucharon unos golpes en el vidrio.
Me levanté a ver qué pasó, cualquier cosa era mejor que ceder a tomar más medicamentos asquerosos.

Con paso lento caminé en la oscuridad y corrí las cortinas, luego corrí el vidrio hacia un lado. Asomé la cabeza pero no había nada en ninguna dirección, tal vez había sido el viento.
Un respiro me bastó para sentir la agradable brisa, tanto me gustó la frescura que entro que decidí dejar abierto, eso sin duda me ayudaría a dormir. Sí, definitivamente podría descansar.
Con las cortinas otra vez en su lugar volví hacia la cama pero me detuve.
Ahí, donde se supone que iba a dormir, estaba una chica sentada.
Cruzada de piernas me miraba sonriente, sus facciones suaves la volvían demasiado tierna, por ende parecía indefensa... Pero su ropa era otro tema. Un saco de cuero negro y desgastado era cosido con gruesos hilos blancos, cubría su cuerpo hasta la mitad de los muslos, mientras que su cuello era adornado por un pañuelo de encaje blanco, como los bordes en sus mangas y falda.
¡Una chica sentada en el borde de mi cama! Con ese aspecto seguro era un fantasma!

—¡Aléjate Demonio! T-tengo agua bendita.—La amenace pero solo se rió tiernamente negando con la cabeza.

—No soy un demonio, Yoohyeon.

—¿Por qué sabes mi nombre?—La apunté con un dedo.

—Eres mi nueva misión. Ven siéntate, bonita. Voy a explicarte un poco, no quiero que mojes mi ropa con tu agua bendita.

—Okey.

Con algo de recelo y a una distancia considerable me senté en la cama, me quedé mirándola esperando que me explicase. Aunque por si las dudas tomé el celular preparándome por si debía llamar al 911.

—Me presento.—comenzó— Mi nombre es Kim Minji y soy cazadora de sueños, más específicamente de pesadillas. Extraño ¿verdad? Sé que últimamente no has podido descansar por algunos sueños que te atormentan, tus pensamientos los evitan, no duermes. Y es por eso que me enviaron a mí para que hagamos un trato.

—Estas loca si crees que te creo.

—Me lo han dicho tanto que lo sé. Aun así te demostraré que no es tan raro como suena. Cada vez que no puedas dormir llamarás a mi nombre y yo vendré a ti. Me encargaré de combatir tus pesadillas para que descanses, a cambio-

—Lo sabia, no podía ser tan sencillo. ¿Qué quieres? ¿Mi alma? No te daré nada, demonio.

—SHHH —puso un dedo sobre mis labios para callarme. Aunque no era el indice como usaba todo el mundo. Ella puso su pulgar acercando su rostro con una sonrisa... interesante. ''Lasciva, Yoohyeon. Lasciva''— Yo pongo el precio y es sencillo. Esta vez solo tienes que darme tu meñique y prometerme que confiarás en mí. ¿Qué dices?

Lo medité unos segundos, siendo realistas era un pago justo por dormir tranquila toda la noche, solo eso quería: dormir.
Así que dejando de lado todos mis cuestionarios lógicos le extendí mi meñique. Tal vez solo era una alucinación, no había problema.

—Solo será esta vez.

Solo esa y unas cuantas más fueron las noches en las que le extendí mi meñique prometiendo confianza. Exactamente una semana, pero tenía que admitir que después de esa noche comencé a sentirme mejor. En la escuela podía concentrarme, no me costó levantarme y mucho menos me importó el pésimo trato de mi madre, ni siquiera los insultos de algunos de los estúpidos de la escuela. Estaba tranquila con Handong disfrutando del recreo.

Entonces la confianza que al principio era desconfianza fue calando cada hueco de mi corazón, lo tomo y sin saberlo ella me enamoró. La octava noche podría haber descansado a la perfección pero recordar sus ojos, sus labios, su sonrisa. Como me calmó la noche del miércoles después de discutir con mis padres... A su lado me sentía segura y tal vez eso era lo único que anhelaba mi corazón.

Aproveché mi ligero insomnio para llamarla. Y no necesitó mas que una sonrisa para que mi pulso se alocara. Mi cara ardía, me sentía delatada.

Se sentó a la orilla de mi cama, le expliqué que mis pensamientos no dejaban de bailar y ella puso un precio nuevo. Uno que me sorprendió.

—¿Qué dices? sé que es algo vergonzoso pero me gustaría recibir uno...

—¿Nunca te besaron?... E-en la mejilla, me la refiero a en la mejilla.

—No, nunca. —Admitió cabizbaja— Soy una cazadora de pesadillas, no una persona normal... Y aún así, cuando veo los sueños de mis misiones, me pregunto qué se siente...

—Entonces lo haré.

—¿De verdad?— Por un segundo la distancian fue escasa y mi corazón se agitó, esta chica me estaba volviendo algo tímida. En el fondo quería haber probado sus labios pero me terminé alejando como toda una cobarde.— ¿Yoohyeon?

—S-sí. Lo haré.

Mientras ella volvió a mirar sus manos en su regazo yo pegue mis labios en su cálida mejilla.

—Buenas noches, Yoohyeon.

Vi su pequeña sonrisa antes de caer en el morfeo.

.
.
.
Hola, me extrañaron? Jajaj seguro que no por que actualicé hace 3 días nomás xd

Pero no puedo estar tanto tiempo sin escribir. En fin.
Ojalá les guste esta historia corta, ya casi esta escrito el final así que no va a durar más de 7 caps aún así...
Disfrutenla (?

Cazadora de PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora