1

1.5K 95 35
                                    

Era mi culpa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Era mi culpa.

No debí haber preguntado. No debí insistirle para me contara la verdad. Había sido muy masoquista de mi parte exigirle que me diera una respuesta que yo había debelado por mi propia cuenta. ¿Para qué profundizar en la herida? Supongo que estaba intentando engañarme a mí misma, ilusionándome con la vaga esperanza de que Sam me diría lo que quería escuchar y regresaríamos a aquella fiesta de la que estábamos alejándonos tomados de las manos, como los novios que habíamos sido durante los últimos meses.

Pero la forma en la que él sujetaba el volante lo delataba. Sus nudillos estaban blancos por lo mucho que ajustaba su agarre. Ambos sabíamos que no había forma de endulzar las cosas. Era el fin. De todo. Seis largos años de amistad, un año como pareja, a la basura.

Desperdiciados.

—Creí que nos contábamos todo —le acusé sin poder evitarlo, volteando en mi asiento para mirarlo a la cara —. Deberías habérmelo dicho, ¡idiota! Me habrías ahorrado la molestia de quedar como una ridícula frente a todos tus amiguitos y esa perra.

—¡Por Dios, Skylar! —Rugió él, golpeando el volante con sus puños. Estaba completamente enfadado. Lo notaba en la manera que apretaba su quijada. Si hubiéramos estado en silencio, apuesto a que incluso habría oído rechinar sus dientes —. ¡No la llames así! Bethany no tiene nada que ver con esto.

Resoplé y abrí la boca para contraatacar, pero antes de que pudiera soltar la grosería que moría por soltar, Sam levantó una de sus manos a modo de advertencia y continuó:

—Sabes que el problema es entre tú, yo y tu maldita obsesión por controlar todo lo que hago. ¡Estoy harto de ti! —gritó.

Presioné mis uñas contra las palmas de mis manos, con la intención de calmarme y evitar asestarle una bofetada al cretino que había sido mi amigo durante toda mi vida.

—¿¡Control!? —me indigné, desquiciándome —. ¿Cuándo te he controlado?

—¡Siempre lo haces! —Desvió la vista de la carretera para mirarme a los ojos durante unos pocos segundos. Sus iris azules destellaban por el enfado —. Siempre, Sky —enfatizó con voz cansina antes de volver a concentrarse en el camino —. No soy tu juguete, pero tú actúas como si lo fuera. Cuando empezamos a salir creí que serías más indulgente... Pero evidentemente me equivoqué.

No sabía qué decir. Quería gritarle y ordenarle que se callara, pero aquello solo serviría para darle la razón.

Y era demasiado orgullosa para rebajarme de esa manera.

—No entiendo cómo me soportaste durante tantos años. —Fueron todas las palabras que pude emitir.

Sam soltó un resoplido muy largo y profundo. Un sonido extraño que no pude acabar de comprender. Por primera vez desde que lo conocía no era capaz de leer entre líneas.

Love At First LieWhere stories live. Discover now