𝐆𝐢𝐧𝐠𝐞𝐫𝐛𝐫𝐞𝐚𝐝 𝐆𝐢𝐫𝐥 • 𝐒𝐚𝐇𝐲𝐨

14. La chica de fresa

—¡Una chica de fresa! ¿Qué se sentiría ser una chica de fresa?—colocó el pastel de fresas sobre el tablero de cristal.

—¿Chica de fresa? Serías muy jugosa.— describió Nayeon y le sonrió.

—Tu eres de jengibre, hay muchas posibilidades de que yo sea una chica de fresa.—le respondió.

—Eres humana, cien años de vida son más que suficiente que una semana.

—El destino te puede hacer una mala jugada, tal vez y pueda vivir hasta los 65 años o menos.—dice riendo y se queda pensando por varios segundos.—¿Acaso es una indirecta?

—Tómalo como quieras.—respondió en un tono seco.

—¿Por qué quieres ser humana? Ya cumpliste tu objetivo y soy más que feliz por tenerte ahora. Solo disfrutemos lo que nos queda, Nayeon.—le da un beso en su mejilla.

—Chaeyoung...—pronunció ella.—¡Quiero ser humana!—insistió una vez más—Para estar junto a ti.

—Ya leí las letras pequeñas al final de la receta...—suspira—y no permitiré que seas humana. ¡No crearé la porción Ponytail!

—Unnie, quiero pasar más tiempo contigo y saber que se siente ser humano.—suplicó una vez más y le sonrió de manera tierna.

—Nayeon...—Chaeyoung suspiró—no quiero hablar más de este tema contigo.

—Le debí hacer caso.—susurra Nayeon, luego de tener aquel recuerdo.—¿Por qué fue mi capricho convertirme en esto, si ella ya no está?—arruga un poco el mapa.—Iré por ti Chaeyoung, me iré contigo pronto.

—¿Nayeon, todo bien?—Mina toca su espalda.

—Un poco estresada por el viaje, no encuentro las luces de Candy bong's para entrar a la cueva.—responde.

—¿Son esas luces con las que están jugando Momo y Sana?—señala Mina, y en ese instante ambas observan como Sana le da en el ojo a Momo con el artículo que ella busca.

—¡Ay, mi ojo!—Momo cubre su ojo con ambas manos.

—Perdón, perdón.—Sana abrazo a Momo pidiéndole disculpas una y otra vez.

—Oh, sí...—cuando piensa en ir donde ambas chicas, Mina coloca su mano sobre el hombro de Nayeon.

—No debes estresarte, no te presiones tanto por el tiempo. ¿Si?

Nayeon saca la mano de su hombro y voltea.

—No puedo tomar eso como un consejo, cuando nos encontramos en una situación como esta.—responde ella y estira sus brazos.

—¿Y esa cicatriz?—le pregunta Mina mientras observa la parte inferior de su caderas, Nayeon baja sus brazos rápidamente y se cubre.

—Me queme cocinando eso es todo.—responde sin importancia.—¡Sana y Momo no jueguen con esas luces, la necesitamos para la cueva!.—las regaña y ambas las apagaron.

—Nayeon, ¿puedo hablar contigo?—le pregunta Sana. Antes de irse, ella le da el dinero y los artículos a Momo, para que se encargue de pagarlos junto a Mina.

—¿Ya te sientes un poco mejor?—le pregunta Jihyo a Dahyun.

—Más o menos, necesito descansar. ¡Maldita Mina! Me dió ese estúpido dulce, no puedo creer que le haya dicho aquellas palabras a Nayeon.

—Fue muy tierno.—le sonríe. Ambas se dirigen a la caja y se encuentran con una linda chica de jengibre. Llevaba una camisa color roja, y su nametag estaba decorado con pequeños dulces decía: Kyungri.

—¿Humanas?—le pregunta la pelinegra.

—¡Sí! Estamos aquí para recuperar un libro.—contesta Jihyo.

—¿El libro?—ríe.—Pierden el tiempo, el libro se moverá por cada paso que ustedes den.—les cuenta.

—No entiendo, ¿como qué se moverá? Es un libro.—habla Dahyun.

—Si lo que quieren es inmortalizar a un hombre o mujer de jengibre...

—¿Inmortalizar?—interrumpe—No, solo queremos que sea humana.—aclara Jihyo.

—No, el libro no los convierte en humanos, solo los hace como rocas, rocas con apariencia de humano. Les advierto que lean las letras pequeñas al final de la receta de Ponytail, siempre se recomienda que la persona de jengibre no se convierta en "humano"—hace comillas.

—Suficiente información, Kyungri. Solo cobranos.—le dice Dahyun y luego que cobro el artículo ambas salen a buscar a Nayeon.—Ella nos esconde algo y necesitamos saber qué es.