27. ¿El fin?

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¡Hola! Antes de leer: Esta estrella significa * recuerdo y doble ** fin del recuerdo.

    La tensión, la desesperación y las lágrimas, comenzaron a surgir, los latidos de su corazón están acelerados y su respiración no tiene pausa alguna

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La tensión, la desesperación y las lágrimas, comenzaron a surgir, los latidos de su corazón están acelerados y su respiración no tiene pausa alguna. Jihyo no sabía cómo controlar su ansiedad.

Sostuvo la mano de Sana y levanta su cuerpo del charco.

—¡Sana! ¿Estás bien?—le pregunta Jihyo, pero la chica de jengibre no respondía, los ojos de Sana cerraron despacio, mientras que su cara se hinchó de repente por el agua que había absorbido.

Jihyo observa el abrigo de plástico levantado, no la había cubrido lo suficiente ya que esté se levantó por la ráfaga de aire que había pasado hace segundos. Todo surgió tan rápido, que Jihyo decidió actuar.

—¡Sana! ¿¡Me escuchas!?

*

Sana sostiene la mano de Jihyo y la observa a los ojos, gruñe una vez más, ese día, en aquel "Perfecto paseo" durante su aventura en Candyland estaba arruinándose.

—¡Vaya los pequeños osos con alas me pican mucho!—dice ella molesta y aplasta uno con la palma de su mano, Jihyo observa al pequeño oso apachurrado en la mano de Sana.

—Parece jalea.—dice ella y ambas ríen.

—Aún se puede comer...—aparece Momo y se lo quita a Sana, para luego comérselo.—¡Exquisito!

—Ella siempre es así, te acostumbrarás.—le dice Jihyo a Sana.—Los gusanos de gomas nuevamente intenta morderme mis pies y siento cosquillas.—le cuenta Jihyo.

—¿Eres de las cosquillosas?—la chica de jengibre le dice coquetamente.

—¡Ni lo pienses Sana!—Jihyo intenta mantener una mirada amenazante, pero Sana solo salta hacia ella, y le comenzó hacer cosquillas por todas partes.—¡Para! ¡Para! ¡Detente por favor!—dice Jihyo entre risas.

—No es necesario, lo estás disfrutando.—Sana continúa con las cosquillas y la coreana para defenderse intenta hacerle lo mismo a su novia, pero falló.—No me creaste cosquillosa.—le continúa diciendo.—Me creaste traviesa, ¿lo olvidas, eh?

**

Jihyo corre con Sana en sus brazos, le da una patada a la puerta de su apartamento y entra. La coloca sobre el sofá, y rápidamente se dirige a la cocina.

—¡El libro! ¡Necesito el libro!—grita la coreana, y lo busca en todas partes, sus manos tiemblan y sus lágrimas no se detienen.—Solo quiero hacerla feliz en el poco tiempo que tiene junto a mí.

Se arrodilla en el suelo y comienza a llorar más, se siente completamente atrapada, débil e inútil, todo esto había pasado por su culpa. Tan solo debía protegerla, como Sana lo había hecho con ella durante estos días.

—Solo debías hacer eso, Park, solo eso.—se regaña en su interior, y también gruñe y maldice en voz alta.—¿Por qué tengo tanto miedo de perderte?

De alguna manera quiere cambiar el destino de Sana. Pero, ¿todo eso sería posible?

El libro de manera extraña y mágica cae frente a ella, y se comienzan a mover todas las páginas, hasta llegar a una... una, que rompía con la decisión de la chica de jengibre.

*

—¡Tus ojos son muy bonitos!—exclama Sana y se acerca más a Jihyo para darle un beso en sus labios, la coreana los lame luego del agridulce beso.

—¡Tus labios cada vez saben mejor!—coquetea ella.—Me gusta estar aquí...—le comienza a decir.—por alguna razón me siento completa cuando estás a mi lado.

—A mi me pasa igual, desde la primera vez en que te vi, me dije: que debo protegerte y amarte, Jihyo.—le da otro beso.

—Yo soy quien debe hacerlo, Banana.—le discute ella.—Para que te quedes conmigo más tiempo.

—¡No! ¡soy yo quien debo hacerlo!—le responde.—Me quedarí...—decidió callar y no decir sus palabras, no quería presionar a su creadora para que la amara.

—Las coletas te quedan bien.—Jihyo cambio de tema.

—Me las hizo Momo, arregló mi cabello, y me hizo un fleco. Bueno, esa fue Dahyun, pero me hizo un mal recorte, casi me quedo sin flequillo, y Momo lo pudo arreglar.—le cuenta ella.—Acerca del sobre...—Sana entrelaza sus manos entre sí.—¿De qué trata?

—Es acerca de la fiesta de compromiso de mi no... de Tzuyu.—responde Jihyo.

—Hay mejores cosas que hacer además de ir a ese compromiso.

—¿Qué sugieres hacer?

—Estar juntas.—a la chica de jengibre le brillan sus ojos.—¡Una cena!... ¡romántica! ¡Tú y yo!... luego miremos las estrellas, y tengamos la mejor noche.

*

La única solución es beber la porción, pero Jihyo no quiere ser egoísta, ¿y si Sana se enojaba por esto?

Deja el libro tirado y se dirige hacia la chica de jengibre.

—Sana, tu cuerpo se esta convirtiendo en migajas.—dice mientras observa al suelo, no son demasiadas, pero es una mala señal, Jihyo sostiene la mano de ella.—Sana, debo salvarte. ¡No te enojes conmigo! No eres un capricho, eres mi todo.

Mira hacia el cuello de la chica de jengibre, ahí siempre veía la cadena con el pequeño frasco de la porción. Pero esta vez, no estaba.

¿Por qué cuando más lo necesita no aparece?
¿Qué habrá pasado? ¿Dónde Sana lo habrá dejado?

Jihyo tiene sólo dos opciones:

1. Buscar el frasco
2. Preparar la porción nuevamente.

Opta por la segunda, ella piensa que le tomaría más tiempo buscarla que prepararla.

Corre de nuevo hacia el libro y lee la página, por suerte este mostraba una solución, pero una solución que no duraría para el tiempo que ella necesitaba.

"El agua o cualquier sustancia líquida, que esté en tu chica de jengibre solo la mantendrá viva por veinte minutos.
Para que vuelva a recuperar su consciencia, solo agrega una taza de azúcar."

Jihyo corre hasta el tercer gabinete de su cocina, ahí tiene todo tipos de dulces, entre ellos escoge la azúcar.

—Si hago esto ahora, Sana me dirá dónde está la porción y podré salvarla.—llena el tazón de azúcar, y corre hasta ella.

Le arroja toda la azúcar a su cuerpo, y toma asiento en el mismo sofá, acomodando la cabeza de Sana sobre sus muslos.

La chica de jengibre abre sus ojos despacio, tiene una vista borrosa, tardó varios minutos en recuperar su consciencia...

—¡Sana! ¿Me escuchas?—le pregunta Jihyo y comienza acaricia el cabello de su chica de jengibre.

—¡Jihyo... necesito que me abraces!—le dice en un tono perezoso y débil.

**

—¡Jihyo!—grita Sana mientras corre por toda la tienda.—¡Estoy regalando abrazos! ¿Quieres uno?—le ofrece Sana con los brazos abiertos.

—Ahora no Sana, estoy ocupada.

Sana agacha su cabeza y finge estar triste. Jihyo la observa, y se siente un poco mal por haberla rechazado.

—Bien, solo uno.—se rinde.

—Sabía que ibas a caer.—Sana salta hacia Jihyo y la abraza mientras acaricia el cabello de su creadora.—¡Me gusta abrazarte, Jihyo!

𝐆𝐢𝐧𝐠𝐞𝐫𝐛𝐫𝐞𝐚𝐝 𝐆𝐢𝐫𝐥 • 𝐒𝐚𝐇𝐲𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora