El Albarracín

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En mi vida había muchas cosas que se me daban mal, bailar era una de ellas.

Desde pequeña siempre me había gustado meterme a mi habitación con la música de la radio a volúmenes inimaginables para comenzar a moverme al ritmo aunque realmente luego fuera algo bastante más ridiculo de lo que a mi me parecía.

En mis anteriores conciertos había tenido coreografías, si no las hubiera sería un poco aburrido, claro que ni por asomo eran algo extraordinario. Un par de movimientos de cadera sutiles, algun elevo de brazos, nada más que eso.

Sin embargo sabía que compartir escenario con Lola Indigo, la misma que lleva bailando desde que tiene uso de razón, la misma que a ido a Fama Revolution, la misma que hace conciertos por toda España llenando gran parte por no decir recintos enteros... no iba a ser fácil.

Sabía que no iba a estar a la altura, que terminarían cansándose de que los pasos no me salieran o de que ni siquiera fuera capaz de aprendérmelos.

Sentía que el peso del aire me oprimía el pecho a medida que me acercaba al estudio de Élite donde se encontraban ya cada una de las personas con las que compartiríamos escenario ademas de la coreógrafa o coreógrafo claro está. Mis pies iban ralentizando la velocidad a cada segundo intentando asi evitar la llegada pero era inminente, si algo tiene que pasar pasará, asi fue.

Abrí la puerta con la mano practicamente temblando. Avanzé por el estrecho pasillo hasta que escuché los primeros acordes de "Ya no quiero na" llenando las cuatro paredes en las que resonaba.

Me asomé por el marco de la puerta para divisarla moviéndose perfectamente coordinada, midiendo cada paso que hacía con precisión alcanzando asi la perfección del movimiento. Verla bailar siempre había sido algo que me dejaba totalmente absorta del mundo.

- ¿Ana?

Pegué un respingo, no se si asustada por no conocer bien la voz o porque me habían pillado observandola sin ningun pudor.

Cuando mis ojos se fijaron en la chica que tenía delante mis labios se tornaron en una sonrisa de alivio.

- Nadia pero ¿que haces aqui? - sonreí dándola un abrazo que no duró más de tres segundos

- Me llamó - dirigió su mirada hacia donde Mimi aun seguía bailando - Dijo que quería que formara parte tambien de vuestra gira igual que los demas - ahora dirigió su mirada hacia atrás

Cuando seguí su mirada aun estupefacta me encontré a mis tres bailarines restantes compartiendo risas con Las Lolas, bailarinas de Mimi desde que salió de la academia.

A Mónica la había visto más de una vez en algunos de mis conciertos ya que su novio, Manuel Constantino, era uno de mis bailarines y ella siempre se a comportado conmigo de una manera tan dulce que cualquiera se podría derretir. Sin embargo a las demas llevaba tiempo sin verlas. No sabía como reaccionarían ante mi presencia, estaban muy unidas a Mimi, contando los antecedentes pasados podrían odiarme perfectamente.

La alegría que me había embargado al ver a parte de mi equipo allí se había juntado con el desconcierto de porque Mimi había decidido llamarles ademas de la preocupación por ver la reacción de las chicas.

Cuando Mary me encontró vino a abrazarme con una de sus sonrisas perfectas al grito de "¡Ana!" de manera que todos se giraron. Tras el abrazo descubrí como la música había parado de repente. Todos me miraban con sonrisas en la cara salvo Dama, o Laura que era su verdadero nombre. Tanto Omar como Constantino vinieron a darme un fuerte abrazo asegurándome lo contentos que estaban. Claudia me dió dos besos con una sonrisa bastante clara mientras que Saydi me abrazó fuerte. Cuando fuí en busca de Dama con la mirada ya no estaba pero me encontré a Mimi que sonreía satisfactoriamente.

Nuestro momentoWhere stories live. Discover now