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Abril 2007

Jimin 14 años
Taehyung 14 años

Ver a su mejor amigo llorando aferrado a su almohada como si no hubiera un mañana, había sido uno de los motivos por los cuales decidió ocultar la información de SeokJin.

Simplemente, no valía la pena.

La relación había sido relativamente corta y aunque al parecer fue muy intensa, sabía que era hora que su mejor amigo de un paso adelante. Y él sería la persona indicada para ayudarlo a olvidar a su amor de verano.

No es que odiara a SeokJin, es solo que todo era muy complicado para ellos. Diablos, tenían catorce años y una vida por delante, no puede esperar que el tiempo se detenga porque su relación no funcionó. Él también estaba triste por Namjoon, es cierto, pero Jimin siempre fue un poco más realista entre él y su mejor amigo.

Jimin sabía qué las cosas podrían mejorar para Nam y él, pero él futuro para Taetae y él castaño era muy turbio y desordenado. La madre de los hermanos Kim ya había hecho su movimiento y ellos, siendo unos simple adolescentes, sabían que no tenían como ganarle.

Simplemente, era inútil.

¿Quién era Jimin para tomar esa decisión?

Pues era la única persona en el mundo que realmente se preocupaba por Taehyung. Lo adoraba.

Lo amaba.

Y no iba a dejar que Seokjin lo ilusione con palabras burdas, cuando su mejor amigo estaba desmoronandose en su colchón.

Se acercó al bulto debajo de las sábanas y acarició sobre sus cabellos grasosos - Ya Taetae, vamos a que comas algo, y a que te bañes ¿sí?

El pelinegro negó en silencio, aún hipando por ratos gracias al llanto desconsolado que venía cada cierto tiempo, cuando recordaba a su castaño de hombros amplios y labios rosas.

- Vamos por favor, hazlo por mí...

Jimin realmente odiaba ver a su amigo así, no iba a dejar que vuelva a pasar por lo mismo.

- Jiminnie, quiero dormir.

Esas fueron las únicas palabras que logró decir antes de volver a taparse con las sábanas hasta la cabeza.

Era un desastre.

Jimin bajó las escaleras de la casa de su amigo, encontrándose con el rostro preocupado de la mamá de Tae y los brazos cruzados del Sr. Kim, mientras miraba el plato servido y el lugar vacío en la mesa de la familia.

- Siéntate Minnie, come con nosotros por favor - pidió la dulce mujer, antes de señalar el asiento al lado del lugar de Taehyung - Aún no quiere comer ¿cierto?

Jimin negó y se sentó algo incómodo bajo las miradas de los padres y hermanos menores del pelinegro.

La cena era silenciosa a pesar de que era deliciosa, pero no se sentía cómodo aunque quisiera halagar todo lo que estaba comiendo.

- Jimin.

La voz del patriarca de la familia lo hizo levantar la mirada de la sopa a la que le estaba dando vueltas - ¿Si señor?

- ¿Qué ha pasado con nuestro Tae?

Su rostro expresaba el más profundo dolor, la impotencia que un padre podría sentir al no tener las herramientas para ayudar a sus hijos. Ni la confianza de los mismos para saber sus problemas. Jimin se sintió culpable.

- Su novio se ha ido a Seúl señor Kim...

- Vaya, pero ¿acaso las relaciones a distancia ya no funcionan en estas épocas?

Sempiterno - Jintae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora