Después de fracasar al intentar asesinar al símbolo de la paz, Tomura se cuestiona su liderazgo ante la liga de los villanos y temiendo decepcionar a su maestro toma la decisión de alejarse de sus responsabilidades por un tiempo. Sin saber que ese...
Por que las mentiras son la mejor manera de endulzar la verdad.
Trukitajima
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Opus nº. 3
Izuku sentía una pequeña brisa sobre su cuello que cada cuanto se detenía para regresar con una intensidad muy suave. Sabia que Tomura se encontraba recostado a su lado izquierdo, sin embargo nunca imagino que tendría que compartir su cama en cuanto decidió ayudarlo.
De hecho no pensaba en otra cosa que no fuera detener la hemorragia y aliviar su dolor pero ya de ese suceso habían pasado mas de tres meses, la herida había sanado por completo y en su lugar solo quedaba un pequeño punto rojizo. Ahora solo le quedaba una duda.
—Tomura ¿Estas despierto?—hablaba Izuku dando pequeños golpecitos en su mano.
—Desperté cundo comencé a escuchar tus murmuros mocoso estúpido.
—Oye siempre que te hablo me contestas con esos sobrenombres groseros me llamo Izukuu recuerdalo.
—Si como sea mocoso.
—Idiota.
Después de la pequeña discusión que tuvieron cuando el mayor despertó su relación cambio un poco, Tomura hablaba con el pecoso cada vez que iba a cambiar su vendaje y a darle un te para el dolor, ahí fue donde descubrió su pequeño don de murmurar lo que pensaba cuando quería preguntar cosas sobre el, es curioso, iba conociendo poco a poco a ese ser de forma muy curiosa.
—¿Por que no te has ido si tu herida a sanado?—Escucho sacándolo de sus pensamientos.
—¿Acaso te desagrada que este contigo?
—¡No! Por favor no malinterpretes mis palabras...me gusta tu compañía, me gusta tener a alguien en casa.
—¿Entonces?
—Solo recuerdo que había alguien esperando por ti y no querías que se molestara contigo.
—No hay nadie, solo olvídalo.
—Pero deben estar preocupados.
—Olvídalo.
—Esta bien si tu lo dices, confiare en ti.
Y fue la primera vez que alguien le decía esas palabras sin poner en sus manos responsabilidades que si fracasaba lo desecharían como una flor marchita, fue la primera vez que sintió un pequeño calorcito en su pecho.
—¡Ya se! Como siempre me llamas mocoso te daré un sobrenombre para estar iguales—decía Izuku dando la vuelta para quedar frente a Tomura.
—¿Quien te crees que eres? ¿A caso soy tu mas..—antes de que pudiera terminar de hablar fue interrumpido por un pequeño grito del pecoso.
—¡Seras Tomu!
En definitiva aquel pequeño peliverde le estaba dando un giro de 180 grados a su vida, solo esperaba que no se arrepintiera de la decisión que ha tomado.
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Tercera parte.
Muchas gracias por el apoyo que esta teniendo la historia, nunca imagine que llegaría a gustar.
Si encuentran alguna falta de ortografía por favor díganmelo.
