Capítulo 3: Familia De La Iglesia

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27 de Octubre
8:30 horas

Al fin han llegado a casa de Leo. Los taxis se estacionan frente a la entrada de la casa y todos bajan de estos, quedando de frente a la puerta de entrada.

Leo de inmediato se acerca para tocar la puerta; tiempo después sale una chica de contextura delgada, largos cabellos castaños, ojos color marrón obscuro, y tez algo morena; muy parecida a él.

La chica se lanza a los brazos de Leo y lo abraza con fuerza, el latino corresponde con gusto a este acto. Después de un rato rompen el abrazo.

-Me alegra que hayas podido venir. - exclama la chica con felicidad. - no sabes cómo se pondrán mamá y la abuela cuando se enteren que has llegado.

-Aún no les digas nada. - responde. - quiero que sea una sorpresa.

-Está bien, está bien. - asiente. - y por lo que veo también has venido con tus amigos. - ladea la cabeza y observa a todos los patinadores.

-Si, los he invitado a pasar unas vacaciones aquí. - sonríe. - por cierto, chicos ella es mi hermana Ana. - Leo presenta gustoso a la chica que tiene a su lado.

-Hermana mayor. - interrumpe la chica con una enorme sonrisa.

-Si, sí; como sea eres mi hermana. - Leo se encoge de hombros, la chica se cruza de brazos y lo mira con fastidio.

-Es un placer. - responden todos para romper un poco la tensión.

-El placer es mío, por favor pasen. - la expresión de la chica cambia totalmente, sonriendo amablemente dejando pasar a los amigos de su hermano.

Una vez todos dentro, Ana cierra la puerta de entrada y los guía hasta donde está la casa. Pasan un pequeño pasillo adornado con muchas flores plantadas en macetas, sus colores son lo que más llamaba la atención de nuestros amigos.

Pronto ven al fondo la estructura de una casa algo pequeña, la puerta es de color azul, en las paredes de esta aún hay más flores rodeándola, parece una casita de cuentos de hadas, es muy bonita.

- ¡Bienvenidos a mi hogar! - Leo extiende los brazos al aire como seña de recibimiento a sus amigos.

Agradecen por el recibimiento y se echan a reír puesto que Leo se ve muy gracioso haciendo tal pose.

-Ignoren a mi hermano siempre ha sido así. - vacila Ana mientras rebasa a este y sigue guiándolos para entrar a la casa.

-Amargada. - dice Leo entre dientes y de mala gana los sigue.

Ana abre la puerta, hace una seña a Leo para que vaya con ella y que ambos entren. Al entrar él se esconde detrás de su hermana.

- ¿Quién tocaba la puerta Ana? - pregunta una mujer de contextura no muy delgada, cabello castaño corto, ojos color marrón y tez algo blanca.

-Era doña Lety. - responde. - que venía a dejarte un encargo.

- ¿Un encargo? - la mira con extraño. - pero si yo no le he encargado nada.

-Pues no sé. - la chica se encoge de hombros. - ella solo me dijo que te diera esto.

La mujer no aparta la vista de ella y se queda esperando a ver qué encargo le han mandado.

- ¡Hola mamá! - exclama Leo saliendo de su pequeño escondite.

La mujer lo ve con asombro, se acerca corriendo hacía él y él hace lo mismo. - ¡Hijo!

-Mamá te extrañe bastante. - comenta Leo una vez que está entre los brazos de su madre.

-Yo también te extrañe demasiado. - la mujer derrama un par de lágrimas por la emoción de tener a su hijo de vuelta.

Día de muertos | Especial: Yuri On Ice|Where stories live. Discover now