Capítulo 22

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Como se ha hecho costumbre, todas están vueltas locas mientras se arreglan para la fiesta de esta noche.

Yo voy de un lado a otro ayudando a las demás en lo que necesiten. Subir el cierre del vestido, amarrarse el cabello...

—Quisiera ser como Ness — dice Michelle poniéndose los zapatos —. Mírenla, le da tiempo hasta de ayudar a las demás.

—Si fueras más sencilla tal vez te daría tiempo — contesta Zoe poniéndose el vestido.

—La sencillez no es lo mío — responde Michelle.

—Nos damos cuenta.

—Ness — me llama Valay —. El cierre...

Me da la espalda y subo el cierre de su vestido con cuidado, le ayudo a acomodarse el cabello que ha decidido dejarse suelto y me hago a un lado cuando termino.

—Es hora — anuncia Belcebú asomándose desde la puerta. Val se apresura a salir con él, y el demonio le recibe con un beso.

Me siento al borde de la cama y me apresuro a ponerme los zapatos para salir. Una sombra se detiene en la entrada, las chicas terminan de salir y volteo a ver.

Lucifer me mira fijamente desde la puerta.

Trae un smoking negro, con una camisa roja y un moño negro.

Me ha parecido un detalle bastante curioso que haya querido coordinarse conmigo. Ya que el vestido que traigo puesto es negro con detalles rojos.

Me pongo de pie y camino en dirección al demonio que sigue mirándome.

—¿Lista? — pregunta recibiéndome tomando mi mano, y mirándome de arriba abajo.

—Lista — acepto sin la menor duda. Hoy más que nunca tengo mucha confianza en mí misma.

Comenzamos a caminar por el pasillo hacia las escaleras sin mediar palabra.

Donde estamos puedo escuchar perfectamente el sonido de la música de afuera, lo que sólo me hace pensar en que la mayor parte de los invitados ya deben estar presentes.

—¿Algo que quieras informarme antes de estar fuera? — pregunto para no salir y cagarla con algo frente a todos.

—Sólo se tú misma — responde con calma —. Eres mi acompañante, pórtate como tal, no como mi esclava.

—De acuerdo...

Salimos de la gran casa e instantáneamente todas las miradas se nos van encima.

Miro hacia el piso para ver por dónde camino, y de paso evadir todas las miradas curiosas. Tener mucha atención sobre mí no me agrada demasiado.

Lilith está a unos metros de nosotros, también nos mira, aunque ella está muy sonriente y da la impresión de venir a charlar.

—Vaya — dice deteniéndose cuando estamos frente a frente —. Por fin te has decidido, y que buena elección.

—Gracias — contesta Lucifer con voz neutra, aunque en sus labios se forma una muy pequeña curva, casi una sonrisa.

—Me alegra demasiado que hayas sacado a Larisa de esta casa, ella no era precisamente buena... y aunque el comentario suene ilógico por mi parte, creo que sabes bien a lo que me refiero.

—Lo entiendo — acepta asintiendo —. Fue bueno. Tal vez debí sacarla de mi vida antes, pero recordemos que todo pasa en el momento perfecto.

—Así es — concuerda ella sonriendo de nuevo, y esta vez se voltea a mirarme —. Hermoso vestido — observa —. Me agradan tus gustos, hermosos y sencillos. Y qué puedo decir de ti — se dirige a Lucifer —. Perfecto. En conjunto se ve mejor — termina señalándonos en referencia a los colores en común que tiene nuestra ropa.

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