—Joder, date prisa — le presiono bajando las escaleras, aunque él va frente a mí y tira de mi mano.
—Qué crees que hago — contesta y me lo imagino rodando los ojos.
—¿Y ahora? — pregunta Astaroth al mirarnos correr —. ¿Por qué tanta prisa?
—Vamos tarde — logro contestar pasando frente a él.
—Y a una misa — agrega Lucifer poniendo los ojos en blanco.
Salimos de la casa y por suerte el auto está aparcado a unos metros de la entrada.
Ambos nos soltamos de la mano y subimos sincronizados al auto. Me pongo el cinturón mientras ya vamos en marcha.
—Quince minutos — digo mirando el reloj —. Tenemos quince putos minutos para llegar.
—¿Por qué tanta prisa? Nadie llega a tiempo a los compromisos, menos a una misa.
—Bueno, tal vez porque es mi madre la novia. No lo sé, tal vez sea por eso. Supongo.
—No estoy acostumbrado a que me hables con sarcasmo.
—¿Y eso es culpa mía?
—No dije que lo fuera.
—Está bien, voy a fingir que nada pasa y vamos puntuales a la boda de mi madre.
—Llegaremos a tiempo.
—Ajá — me quejo mirando nuevamente el reloj.
—¿Cuándo he mentido o no cumplido algo que digo?
—Cualquiera que sepa quién eres y te escuche decir eso, se muere de la risa.
—¿Cómo por qué?
—Eres Lucifer, y tienes la mala y equivocada fama de mentiroso.
—Yo no soy mentiroso — se defiende —, jamás en mi vida he mentido.
—Las personas creen que las mentiras son muy de los demonios.
—Eso tal vez no te lo pueda negar — acepta —. Pero por ese mismo hecho quedo exento de eso.
—¿Qué?
—Llegamos — contesta en vez de aclarar mi duda.
Miro al frente y confirmo lo que me ha dicho. Hemos llegado.
—Como hubiera querido tenerte hace cinco años — menciono recordando mis constantes retardos en la escuela.
—Date prisa — dice frenando frente a la iglesia —, iré a estacionar el auto, busca a tu madre.
Bajo del auto enseguida, y apenas cierro la puerta me hecho a correr en dirección al tumulto que veo a unos metros.
Todas las mujeres que veo tienen un vestido color lila, eso me dice que son las damas de mi madre, y por lo tanto ella debe estar ahí.
—Ya llegué, ya llegué — anuncio llegando a ellas y abriéndome paso —. Aquí estoy.
—Cariño, te ves hermosa — suelta mamá en cuanto me mira y se me va encima abrazándome.
—Pensé que la que debía decir eso era yo — contesto sin aliento, pues me está abrazando muy fuerte.
—Lo siento cariño...
—Te ves hermosa — digo al fin observándola de pies a cabeza —. En serio.
—Muchas gracias, cariño.
—¿Y mis hermanos?
—Hace unos minutos llamaron, no tardan en llegar.
—Más les vale, que si no están aquí voy por ellos.
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The morning star
Paranormal¿Qué harías si un día tu padre paga sus deudas dándote a cambio con dos hombres que nunca habías visto en la vida? Dispuestos a cometer los más grandes crímenes y teniendo negocios con las personas más peligrosas. Dos hombres que no dudarán en saca...