Los meses pasan, todo parece seguir su curso natural. Afrontando los problemas diarios de ser un joven y a la vez ser un sangre de lobo. Rhydian Morris considera que su vida no ha sido tal desastrosa como supuso que sería siendo un chico adoptado. A...
—Me alegra verlos señor y señora Smith, enserio que si, pero ¿dónde esta Maddy?—Emma y Daniel se miraron entre si, como no queriendo decir nada. Rhydian se sintió un poco paranoico ante tal gesto, suponía que eso significaba problemas—.
—Ese es el problema Rhydian, no lo sabemos. Perdimos el rastro de Maddy hace meses, no sabemos que ocurrió con ella...—el señor Daniel se aclaro la garganta cuando hablo, la señora Emma sollozo a lo lejos—.
—¿Qué quiere decir eso exactamente?—intervino una preocupada Shannon—. ¿Perdieron a Maddy?—Shannon arrugó la frente tratando de darle sentido a sus propias palabras—.
—Es más complicado que eso—contraataco Daniel. De pronto sentí que estaba sudando frío, presentía que lo que tenían que decir después no me gustaria para nada—. Bueno, después de que escapamos de Whitewood, planeabamos irnos a Canadá o a sus alrededores con la ayuda de Dacia, ya saben, para estar seguros hasta que esto fuera olvidado, pero tuvimos problemas en el camino, inconvenientes...—.