-¿Por que hablas en tercera persona?- aquella respuesta en mi mente parecía tan sencilla y simple que se me hizo incluso gracioso que alguien con tantos títulos que no dudaba ni un segundo en presumirlos mostrándolos en toda aquella pareced de su sala de recepción no supiera.
En la mayor parte de la sesión mi cuerpo había permanecido extendido en aquel sofá de cuero color negro azabache, al principio solo me había limitado a mirar hacia el pálido techo de color blanco, quizá podía no era un blanco común quizá era un poco más amarillento y no por que los años hubieran pasado sobre él sino más bien ese era el estilo que supongo el diseñador del lugar habría preferido, un color que quizá para alguien como mi madre fuera más fácil de reconocer, pero yo nunca había sido tan observadora con ese tipo de detalles.
-¿Eva?- había dicho mi nombre buscando la respuesta.
Creo que así siempre había sido, dejando que mi mente volara constantemente, en busca de no aburrirme, quizá por esa misma razón en cada terapia hacia que mantuviera una pequeña pelota de hule en mi mano derecha, aplastándola mientras hablaba, era consiente de que me constaba mantener la concentración, solo que a diferencia de muchas personas no limitaba a no unir puntos, quería una salida segura, por que así era más simple.
-Supongo que así es más divertido- deje de mirar al techo para ahora llevar mi mirada hasta ella, que al igual que siempre estaba sentada en el sillón de alado, con esa clásica libreta, anotado cosas, muchas veces había visto como en las películas a los psiquiatras o psicólogos les importaba muy poco sus pacientes y qué simplemente hacían cualquier rayón en el cuaderno solo para hacerle creer a los demás que le importaba, no estaba segura si ella era así, y realmente tampoco quería saberlo, al final y al cabo yo tampoco estaba aquí por mejorar, solo lo hacía por qué al igual que con muchas cosas; por que era necesario.
-Vamos Eva, sabes que en realidad eso no es lo que quisiste decir- siempre usaba aquel tono sombrío, usando un vocabulario tan formal que producía sueño, intentaba ser cálida y amigable, pero gente como ella eran de los que más desconfiaba, personas que siempre quieren mantenerse en control frente a otros, sin embargo tenía razón esa no era la respuesta que quería dar sin embargo parecía la más correcta.
-Entonteces ¿qué tal si usted me dice que es lo que piensa?- otra persona hubiera suspirado ante mi arrogancia y demanda, sin embargo ella no tenía la opción de hacerlo, por que así no era como tenía que llevar su fachada de buen médico escuchador.
-Solo te lo dire si prometes que luego tú me darás la verdadera razón- y ahí estaba, hablándome como si fuera una niña pequeña, actuado como todos los demás adultos a mi alrededor, creyendo que no soy lo suficientemente inteligente como para entender algo.
-Estaba bien- me resigne a responder sabiendo que si no aceptaba ahora luego acabaría por usar algún otro método para hacer que hablara.
-Creo que aún parte de ti no quiere aceptar la responsabilidad de todos eso hechos, pero eso no está mal, a veces como seres humanos tratamos de defendernos, nuestra mente es frágil y al igual que como los glóbulos blancos defienden al cuerpo de bacterias o virus así mismo el cerebro trata de mantener un equilibrio, por esa misma razón es que muchos pacientes borran hechos traumáticos de su vida, por que esa es su única manera de continuar, te defiendes y eso es normal y está bien, solo que si no lo aceptas quizá nunca sanaras- ¿sanar? Sanar de qué.
Muchas veces cuando hablaba se me hacía inevitable no recordar a mi madre. Diciendo que no era lo suficientemente madura como para entender, que nunca aceptaba lo que hacía, que cuando creciera lo entendería.
-Pero tú ya sabía eso. ¿no es así? Eva- había vuelto a usar ese tono calmado y casi adormecedor, esperando que yo simplemente me rompiera ante sus palabras y que me echara a llorar dándole la razón -Pero es tu turno.
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IDÍLICO |+18| KNJ
FanfictionEva acaba de ser transferida a un nuevo instituto. Tras haber tenido cientos de experiencia con diferentes chicos de su edad llega a la conclusión de que estos jamás lograrán satisfacer sus necesidades. Luego de conocer al nuevo director de su escue...