Pijamada.

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Este capítulo fue el resultado de la fusión de dos propuestas de Neisyx y lira-0618 espero que les guste *corazones*


Sirius mantuvo la sonrisa tensa en su rostro incluso un par de segundos después de que la puerta se cerró. Las mejillas se le habían entumecido y le temblaban un poco por el esfuerzo, pero era lo mejor que podía hacer para disimular que todo estaría perfectamente bien durante los próximos quince o veinte minutos, en lo que Remus usaba el auto para ir al supermercado y conseguir provisiones para esa noche.

Su tensión no era para menos, tenía en casa a cuatro niños de siete años, hambrientos y ávidos por hacer caso omiso a la autoridad de un adulto sin carácter —como él— para salirse con la suya. Al menos tres de ellos lo estaban, dudaba que Neville fuese igual. Y es que a Harry se le había ocurrido la maravillosa idea de organizar una pijamada sólo porque sí y él y Moony habían aceptado porque realmente creyeron que no había nada de malo. Su cachorro había hecho diligentemente todas sus tareas escolares y quehaceres en casa durante las últimas semanas. Había comido todas sus verduras —o al menos la mayoría— y aunque los habían citado una vez en la escuela por un descontrol accidental de magia que acabó con las cabezas de las muñecas de Pansy Parkinson, no había nada más que les impidiera darle permiso. O eso creyó él.

Harry había decidido invitar a tres de sus amigos más cercanos; Ron Weasley, Neville Longbottom y, por supuesto, Draco Malfoy. Todos se habían preparado para ese día. Habían pedido permiso correctamente a los padres de cada uno, habían colocado bolsas de dormir en la habitación de Harry, e incluso, habían construido una tienda improvisada con mantas y sábanas en la misma habitación. Todo lo que hacía falta era algo para cenar y unas cuantas bolsas de comida chatarra —razón por la que Remus había tenido que salir—, el resto era únicamente convivencia.

Una actividad —Sirius se percató demasiado tarde— aparentemente imposible.

Todo había comenzado tan sólo treinta minutos atrás, cuando Lunático sugirió que miraran una película antes de la cena. Una actividad inofensiva, al principio. Neville dijo que él estaría bien con cualquier filme siempre y cuando no fuera de terror, Harry que le daba lo mismo porque ya había visto casi todas las del repertorio de su padrino pero, pero, Draco y Ron no fueron tan permisivos. El rubio había dicho:

—Quiero ver Aladdin.

Y el pelirrojo había respondido:

—Pues yo no.

Y una vez empezada, la discusión no había parado.

Por supuesto, Moony había intervenido, y había superficialmente calmado las aguas como todo un profesional. Sirius quiso convencerse de que se debía a su profesión, pero en el fondo, sabía que nada tenía que ver con eso. Remus simplemente tenía facilidad para los niños como él la tenía con las mujeres, inconvenientemente. En realidad, tal vez jamás habría llegado tan lejos con Harry de no ser por él, así que, cuando el lobo le dijo que iría a comprar y que le dejaba el resto, realmente creyó que le estaba jugando una muy mala broma.

Tal vez, en realidad lo era.

Ahora estaba completamente solo, de pie en el recibidor sin una jodida idea de que hacer. Tenía en el salón a tres niños que ya no querían ver películas y temía que al volver, encontrara a Malfoy y a Weasley liándose a puños mientras Neville lloraba nervioso y Harry no tenía idea de que hacer, justo como él. Tal vez, incluso su ahijado se haya metido en la pelea y eso era algo que definitivamente él no quería ver. No algo con lo que quisiera lidiar.

The greatest adventures of Dadfoot & MoomyWhere stories live. Discover now