Capítulo 14.

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Cuando los grupos se reúnen, el equipo liderado ahora por Eleven observa sorprendido al que es guiado por Iker: Maxine trae el cabello enmarañado como si un animal salvaje hubiera anidado en su cabeza, Lucas a su lado hace un torpe intento de consolarla. Mike Hanlon y Bill están empapados. Steve cogea y se apoya en el hombro de Dustin para avanzar. Iker es el único que parece estar intacto, sus ojos brillan rojos, lo que significa que sus "sentidos demoníacos" están alerta.

—¿Y a ustedes que les pasó?— pregunta Ben, ladeando la expresión con cierta preocupación mientras camina hacia Hanlon.

—No quiero hablar de eso— manifiesta Max, y se estremece.

Bill les enseña en alto un crucifijo de plata por toda respuesta (significa que lo lograron). Stanley corre hacia él y lo abraza con fuerza.

—N-No, espera, estoy m-mojado.

—No me importa— replica Stan, aferrándose a él con más fuerza.

—Hay más demonios en el edificio de lo que tenía previsto— dice Iker, mirando a su alrededor con cautela. Luego, su vista se fija en Eleven—. Lo que sea que vayas a hacer, tiene que ser pronto. Si no los encontramos ahora, los demonios no nos lo permitirán luego, somos una raza odiosa, créeme.

Eleven asiente con seguridad luego de intercambiar una breve mirada de apoyo con Will.

—Puedo hacerlo.

—Esa es nuestra chica— la anima Max, mientras Lucas la ayuda torpemente a desenredar su cabello.

El gran grupo que forman se aglomera en la habitación de junto vacía. Es tamaño estándar: hay una camilla, unos atriles de suero, un sillón individual y un baño.

Todos se acomodan alrededor de Eleven, que se ha sentado en el centro de la habitación frente a la radio. Max la ayuda a colocarse la venda en los ojos y luego se aparta.

—Esto se parece a la mierda de cómic de X-men— comenta Richie, que siente la imperiosa necesidad de hablar ante tanto silencio.

—Calla, Richie— lo regaña Eddie en un susurro, y entrelaza una mano con la suya para tranquilizarlo. Richie responde al gesto acariciándole los pálidos nudillos con el pulgar.

Eso aliviana un poco la carga que siente Eddie debido a que el principio de dolor de cabeza que tenía luego de ayudar a Eleven se haya convertido en algo más que solo un "principio de".

Iker es el único que permanece de pie. Se sorprende preocupado por el hecho de que esto funcione, realmente preocupado.
Esta es su perdición: siempre ha sentido debilidad por los humanos.

El grupo de Hawkins ya conoce como funciona esto, así solo esperan con ansiedad cuando la radio comienza a vibrar fuera de sintonía y de la nariz de Eleven baja lentamente un hilo de sangre. Los perdedores, en cambio, observan atentos, curiosos, esperanzados.

Espero que esté bien, piensa Will, apretando los puños con fuerza mientras observa. Dios, por favor, que Mike esté bien.

Eleven se sumerge, busca a Mike Wheeler.

Eleven no logra ver nada al principio. Solo la típica oscuridad y el chapoteo de sus pies en el agua. No logra ver a Mike por ningún lado, por más que se aferre a sus recuerdos de él. Lucha, busca, observa atenta. Avanza entre la nada.

Entonces, al fondo, ve una puerta que se abre lentamente, como si le invitara a mirar lo que hay dentro. Y ella se acerca. La puerta es de madera vieja, en el interior un hombre permanece de espaldas, tembloroso.

—¿Sabes quién soy?— pregunta con una extraña voz, sin voltearse en ningún momento—. ¿Sabes quién soy?— repite.

Eleven traga saliva. Aquí no es donde debería estar. Este hombre se siente oscuro, malvado.

¿Dónde está Mike?

El hombre vestido con harapos se voltea lentamente hacia ella lentamente, permitiendole ver su cara cubierta de pintura blanca y sangre. Eleven retrocede un paso, siendo presa de un extraño terror.

—Soy el devorador de mundos— deja escapar una especie de risa desquiciada—. Y éste es mi reino. ¿Creíste que podrías husmear sin más? No no no, aquí jugamos con mis reglas.

El rostro del hombre comienza a desfigurarse hasta convertirse en un monstruo indescriptible que ríe.

—Veamos si puedes ver entre grietas, Jane.

Eleven comienza a caer. Grita. Ve delante de ella al demogorgon, al desollamentes, a sus amigos muriendo. Sus miedos. Debe resistir, dejar de caer y avanzar hasta Mike, salvarlo. Descubre, sin embargo, que este monstruo es el peor que han enfrenta en mucho tiempo.

Sigue cayendo.

....

Las luces de la habitación parpadean. Mala señal.

Eleven sigue en trance. Max le limpia la sangre de la nariz y nota que su amiga está llorando. Ojalá pudiera hacer algo más por ella...

Iker se pone en alerta. Ese juego con la electricidad es cosa de demonios, lo sabe porque es un truco que él mismo siempre usa.

—¿Y ahora qué?— resopla Steve.

—Tranquilo— Dustin se toma el atrevimiento de poner una mano sobre la rodilla del mayor y acariciarla con suavidad.

Harrington dedica al más pequeño una breve mirada y le sonríe levemente.

Es un secreto, nuestro "nosotros" es un secreto, piensan.

Eddie siente que se le revuelve el estómago. No quiere más encuentros con demonios, no quiere seguir sintiéndose atrapado. Se apega a Richie, apoyando la cabeza en su hombro, ambos sentados en el suelo. Si que había extrañado a Richie.

El de lentes siente lo mismo. Extrañaba mucho a Eddie. Le besa la frente y, por una vez, guarda silencio.

—Iker, ¿qué pasa?— es Ben quién pregunta. Tiene una mano entrelazada con la de Hanlon.

Los ojos de Iker varían de azul frío a rojo intenso mientras escucha su entorno con atención. La situación no es nada alentadora, por lo que logra captar.

—Ellos se están acercando— avisa, mirando hacia la puerta de entrada a la habitación—. Siente la confrontación de esta chica, Eleven, con Eso.

—¿Confrontación con quién?— manifiesta Steve, incrédulo. Todos miran a Eleven con preocupación.

Eddie aprieta los labios y mira a Iker. El demonio le devuelve una mirada inyectada de sangre, pero que por debajo de lo demoníaco dice: "ya va siendo hora de decírtelo todo".

....

Beverly se queda sin aliento cuando su espalda se golpea sorpresivamente contra la pared luego de que su padre la lanzara contra esta.

—¡Beverly!— grita Mike Wheeler, y hace el ademán de ir a ayudarla, pero la figura del demogorgon se alza frente a él, impidiéndole el paso y paralizandolo.

—No es... real, Mike. ¡Recuerdalo! ¡Piensa en Will!— trata de animarlo la pelirroja desde el suelo. Ella, por su parte, piensa en sus amigos y, aunque no quiera, también en Iker.

Van a encontrarnos, solo hay que resistir un poco más, se anima mentalmente.

Entonces, la figura del demogorgon se desvanece a centímetros de Wheeler y éste escucha un grito desesperado que suena desde el fondo de su cabeza.

《¡Mike!》

—Eleven— jadea.

Ella los está buscando.

....

Hasta que al fin wattpad me deja subir el capítulo :')

¿Qué les pareció?
¿Sugerencias?

Se acerca el peligro inminente: ¿Eleven lo logrará? ¿Será posible que Eddie la ayude como antes? ¿Qué es lo que hay dentro de Eddie?

¡Nos leemos pronto spaguettis!💕

De vuelta a casa | Reddie.Where stories live. Discover now