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Ya era el cuarto día sin Bonnie y el moreno estaba desbastado, iba desde el trabajo a su casa y viceversa, siempre tratando de contactar con su prometido pero nunca lo lograba. 
Subió las escaleras dispuesto a ir a su habitación pero se topó con la puerta que estaba al final del pasillo, aquella que el pelimorado había remodelado hace poco y era para los invitados. 

Aburrido, quiso volver a entrar para ver si Bonnie había cambiado algo más pero estaba cerrado con llave. 
La curiosidad comenzó a picarle y volvió a su habitación para revisar el buró donde estaban las cosas de Bonnie, lápices, papeles, un paquete de pastillas, chicles de fresa, anillos y algunas cosas más que no le servían. Salió nuevamente de la habitación y esta vez entró al cuarto donde su pareja solía pintar, yendo directamente hasta donde su intuición comenzó a decirle; los estantes con pintura. 

—¡Bingo! —gritó emocionado al encontrar una llave plateada con un llavero de bolitas azules, volvió casi que corriendo a la "habitación misteriosa" y cuando la abrió quedó completamente sorprendido. 

Al lado de la cama había una cuna blanca que podía mecerse, con las sábanas celestes y algunos almohadones y peluches que variaban en tonos azulados. Las paredes ya no eran solamente de color cian, al parecer Bonnie les había pintado unas nubes realistas y todo había quedado más hermoso. 

Después también había una pequeña cama para perros celeste con patitas azules que tenía bordado el nombre de Jack Cookie, su cachorro, junto a un comedero y un bebedero, ambos vacíos. 

—Creo que ya comprendo —murmuró Bon por lo bajo— ¡Bonnie quiere adoptar un hijo!


"Como no enojar a mi novio" por Bon J. Smith.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora