Una relación abusiva no es ningún chiste después de todo. Y puede hacer tanto daño que te puede dejar rota en mil pedazos.
Pero ¿Quien dijo que una siempre puede estar rota?
¿Que pasa si te digo que lo que te lastimo antes no es nada con lo que vend...
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-¿No puedes dormir?-Dijeron detrás mío. Mi mirada seguia enfocada en aquella hermosa vista que solía mirar en las madrugadas.
Giré sobre mi misma y lo mire.-Es algo obvio, ¿No crees?
La ciudad de Seoul solía estar en un silencio muerto en la madrugada, y aun así eso me inquietaba, estaba tan acostumbrada a aquella viva ciudad de día que de noche me parecía algo extraño verla, pero fascinante.
-No sabía que el sarcasmo era lo tuyo.-Dijo sentándose en mi ventana, frente a mi. Hubo un pequeño momento de silencio entre ambos.-Tienes la habitación con la mejor vista.-Dijo el.
-Parece una ciudad muerta a estás horas.-Dije asintiendo con mi cabeza a lo que me había dicho y lo mire.-A veces siento que el silencio es más ruidoso que el sonido en sí...
-Y lo es aún más cuando el silencio proviene de una persona.-Dijo el.
Otra vez un poco de silencio inundó la habitación por completo, aun así, ambos disfrutando de la compañía de el otro.
-¿Tu tampoco puedes dormir Minho?-Dije y el me miro negando con su cabeza.
-A veces tengo insomnio, pero solo cuando mi mente está pensando demasiado.-Dijo mirando a la ciudad con la misma mirada fría de siempre.
-¿En que tanto piensas?-Pregunte curiosa.
Minho solía ser muy cerrado cuando se trataba de el, aunque solo las pocas veces pude saber algo de él, me lo contaron Han, Félix y Chris.
Como cuando lo conocieron, o aquellas pocas veces donde el hablo solamente de su hermano... ¿Solía ser así de misterioso con sus amigos también?
Las luces de la ciudad iluminaban ambas de nuestras caras, así como también una pequeña luz de neón violeta en mi habitación, haciendo parecer todo aquel lugar cálido e irreal, testigo de un momento efímero entre ambos.
Su rostro miraba a aquella ciudad atentamente de la cual había hablado hace unos momentos, con aquella leve iluminación violeta, resaltando facciones de su rostro, su mandíbula bien marcada junto con sus pómulos y su pequeño lunar en la punta de su perfecta nariz. Se veía sereno, como si todos los problemas en su mente del cual el hablaba ni si quiera existían.
Sus ojos miraban todo aquel paisaje con fascinación y una pequeña sonrisa se formó en sus labios, hasta que de pronto su rostro giró hacia mi, mirándome atentamente, directo a mis ojos. Es hermoso, ahora que lo veía de esta manera, no parecía ser real.
Giré mi cara a el paisaje otra vez y el soltó una pequeña risa, ya que fui demasiado obvia al quedarme mirándolo como una idiota.
-Pienso en muchas cosas, pero hay uno en especial que me molesta.-Dijo el acercando sus rodillas un poco más hacia el.-Es más bien un problema el cual parece no tener solución.
