Tu Padre Es Un Simio

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-Señor Wedel- le grité cuando le vi llegar en su moto. Estaba feliz por la razón de que tenía una figura paternal en mi vida. Mi padre y madre habían muerto hace años y a pesar del incondicional amor de Bruce yo sentía de vez en cuando el vacío y la ausencia de ambos.

Bruce y yo habíamos accedido a ir a pasear con su papá. Ahora estábamos en uno de los campos donde nos esperaban algunos caballos. Era mi último día libre y quería peovecharlo al máximo y ¿qué mejor manera de hacerlo que pasarlo con Bruce y su carismático padre? O eso pensaba yo hasta ese momento.

-Qué hermoso día para cabalgar-comenté a mi novio mientras veía el paisaje desde el lomo de la yegua mansa que me habían buscado los del potrero.

-Sí que lo es. Pensé que te iba a dar temor montar a caballo. - me dijo Bruce con esa de lado que me conquista a todos los días.

-Vamos, par de tortolitos, una carrera hasta la choza del bosque. - nos interrumpió el señor Richard con su carismático espíritu. Bruce y yo le seguimos tragando el polvo, más adelante me enteraría que su padre participaba en carreras de caballos antes de casarse con Leonora.

Llegamos jadeando a la cabaña donde nos habían preparado una deliciosa merienda. Yo tenía unos jeans blancos con unas botas altas bastante propias para cabalgar y debo admitir que me veía bastante sexy, las miradas de Bruce lo delataban constantemente.

La mañana iba perfecta, había una piscina bastante refrescante la cual lamentablemente no pude usar debido a que no había traído traje de baño. Por el contrario el señor Wedel había ido preparado y sin importar mojar su ropa se sumergió en picada al agua luego de la merienda. Bruce parecía estar feliz con su padre luego de haber superado sus diferencias años atrás, era hermoso.

-Luego pondré la ropa a secar, la vida es una - gritaba mientras hacía unas volteretas en el agua.

-Ven, hijo, el agua está fresca, luego te compro ropa si no tienes o simplemente te puedes bañar desnudo, después de todo sólo estamos tu novia y yo. Los del servicio no vienen a esta área a molestar.

No se si fue un chiste pero Bruce y yo nos empezamos a reír a carcajadas. Este tipo era increíble.

-Lo siento, papá, yo paso. Le haré compañía a mi dulce amada acá afuera y así se evitará sentir envidia de nosotros.

-Ya quisieras - le regañé.

Dicho esto me levanté para ir al baño. Cuando regresé Bruce se estaba disponiendo a salir con algo de prisa:

-¿Qué pasa mi amor?- pregunté con algo de duda.

- Llamaron a papá de manera repentina, lo están esperando a unos kilómetros de aquí para que reciba unos papeles que había estado esperando hace días y como entenderás...- ambos le miramos, estaba empapado en la piscina intentando secar la ropa en el sol. Nos reímos.

-Supongo que te ofreciste a buscarlos tú.

-¿Tú qué crees? - y me dio un beso en la frente. ¿Te molesta esperar aquí? Vendré cuánto antes.

-No te tardes. - le dije mientras le lanzaba un beso.

Vi a Bruce tomar el único medio de trasporte que era su caballo y luego a unos kilómetros de allí estaba el potrero el cual no lo podíamos ver debido a la distancia. Luego Bruce tomaría su auto para ir a una de las plazas donde recibiría a los sujetos agua fiestas y regresaría con nosotros para el almuerzo.

-Creo que tardará unas dos horas si los sujetos no le retienen mucho, lamento mucho esto. - se disculpó con sinceridad el señor Wedel.

-Descuide- le dije con una sonrisa.

Señor y Señora Wedel [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora