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Voy tarde, todo por una estúpida discusión con mi padre.

Me tomó un poco de mi jugo, el timbre esta por sonar.

Algo choca contra mi, y el frío en mi pecho, me da escalofríos

— Lo siento — la miro mientras se acomoda sus lentes, levanta la cabeza — ¿Boruto?

Ella me mira sorprendida, bueno no exactamente a mi.

—Lo siento, lo siento — ella saca algo de su mochila, y lo pasa por mi pecho, puedo sentir el calor en mis mejillas y mi corazón latiendo muy rápido.

Es tan bonita.

— Esta bien Sarada — me separo de ella, me hago para atrás y me doy la vuelta rápidamente para tirar el resto de mi jugó.

Ella me mira molesta ¿y ahora qué?

— Perdón, no sabía que me odiarás tanto.

Si supieras.

—No es eso Sarada.

— Me separaste como que tuviera algo malo.

—Sarada— ella se da la vuelta, la sigo en silencio, nuestro salón no esta tan cerca, como que fuera tan fácil declararse, caminamos hacia la puerta del aula pero no la cierran en la cara.

— Tiene que ser una broma ¿cuando sonó el timbre?

— Cuando dijiste que te odiaba.

Ella me mira más enojada. Creó que la que me odia es ella, se sienta en una de las bancas de afuera, literalmente ignorandome, me siento en otras de las bancas, ella suspira y saca un cuaderno y escribe, ella me mira, volteo la mirada pero sigue viéndome y después se pone a escribir.

La miro y sigue escribiendo, esta molesta.

Aun no entiendo, como es que una mujer se vea tan hermosa, molesta.

¿Por qué ella? Where stories live. Discover now