call it love ✦ Saiki K. ©

; díez

A lo primero que se dirigió la mirada de Sanae al llegar al aula de clases, fue a Saiki. Él se encontraba en su puesto y monotonamente mirando por la ventana a la par de que estaba rodeado por sus amigos; Nendo, Kaido, Reita, Aren, entre otros.

Caminó hasta su puesto para dejar sus cosas y después dirigirse donde ellos se encontraban. Primero se dirigió donde Kaido.

-Hola.- sonrió a la par de que él se volteaba. 

-¡Sanae!- rió al ver lo emocionado que siempre se encontraba e hicieron su raro saludo con las manos. Una de las reglas que debía tener una amistad, según Kaido. Y también, que todo lazo tenía que tener un saludo secreto, sobre todo por la reunión oscura. -¿Cómo te encuentras? 

-Bien, ¿Y tú, Shun?- la sonrisa de Kaido la hizo enternecer.

-Bien…- Sanae poso un momento su vista en los demás y volvió a voltear al peliceleste cuando volvió a escuchar su voz. -Sanae, te quería decir algo de suma importancia en el recreo. 

-¡Claro!- Kaido sonrió contagiandola y Sanae volteó está vez para saludar a los demás. No pasasaron más de cinco minutos cuando el timbre sonó y todos tuvieron que volver a sus puestos correspondientes. El profesor empezó la clase y a Sanae no se le pudo hacer más eterno. 

-Sh, Sanae.- le llamo Kaido por lo bajo, la peligris tuvo que acercar un poco su puesto para poder escuchar lo que el tenía para decirle. Aunque tanta cercania le ponía nerviosa. -¿Me prestas lápices de colores?- Akiyama giró un poco su rostro para enfrentarlo. 

-¿Era eso solamente? 

-Si, ¿Qué más?

-No, no quemo- susurró por lo bajo mientras buscaba en su estuche los lápices que podrían servirle a Kaido.

-Gracias.

-No es nada.

-Eh, Sanae. ¿Puedes acompañarme un poco al pasillo? 

-Oh, verdad. Espérame un poco, Shun.- la peligris dejo a un lado los materiales que estaba ordenando y sus pasos se apresuraron para llegar al frente del aula, lugar en el que Kaido le estaba esperando. -¿Qué pasa?

-Yo me estaba preguntando si…- Sanae inclinó un poco su cabeza al ver que su amigo sacaba algo de los bolsillos de su pantalón y lo situaba frente a ella. 

-¿Qué…?

-S-si qu-querías ir a una cita conmigo.- en el pequeño paquete de madera habían un montón de dulces de colores.

Su corazón se estrujó.

-¿C-cómo?

-¿Hoy después de la academia te parece bien, Sanae? 

-S-si.

Todo le había tomado completamente por sorpresa, no podía negarlo. Y ver a Kaido caminar tan tranquilamente después de su indirecta confesión la confundió aún más.

Sentía que sus mejillas iban a explotar ahí mismo.

-No sabía que Kaido podía tener ese lado.- la suave voz de Saiki la hizo sobre delatar y voltear rápidamente a él.

-¿Cuando llegaste?

-Bueno, te recuerdo que estás al frente del aula.

-Que gracioso, Saiki.- suspiró. Apoyo sus brazos en el marco de la ventana frente a ella, tratando de ordenar sus pensamientos que eran un gran torbellino en esos instantes. Kusuo repitió la acción sin darse cuenta. 

-¿Qué harás ahora?

-¿Por qué estas hablando tanto de repente, Kusuo? 

-Dijiste que querías empezar una nueva amistad. No me negué. 

-Tienes razón.- sonrió un poco y giró su cabeza quedando frente a frente con el pelirosa. Saiki se sorprendió un poco por la cercanía pero trató de ocultarlo con su monótona cara de poker.

-¿Le dirás qué no te gusta? 

El repentino silencio de Akiyama le llamo la atención más de lo que quería. Miró su perfil pensativo y sus cejas un poco más juntas que antes. Sus labios hacían un pequeño puchero pensativo y su cabello gris sedoso se movía al compás del viento.

En su garganta se formó un nudo.

-Ese es el problema, Saiki. No tengo ni idea de lo que siento ahora mismo. 

Kusuo recompuso su postura, Sanae le imitó un poco dudosa esperando alguna respuesta de parte de él.

-Quizás, si vas te darás cuenta. Pero si no estás segura es mejor que no juegues con los sentimientos de él.

En lo más fondo de su corazón, Kusuo esperaba que ella no supiera. 

-Tienes razón. Veré qué pasa.

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