Recuerdos perdidos.

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Una chica, cabello lacio, verde y corto, con un vestido de lunares azules. Un chico, cabello azul claro, ojos rojos, con una camiseta blanca y pantalones marrones: Esos éramos Hayato y yo de niños.

Todo esa fantasía, todo lo que estaba recordando no me sonaba a nada, es como si nunca hubiera pasado aquello que veía ahora.

Mi ‘Yo’ se encontraba feliz, jugando y hablando con el chico. Por sus expresiones en el rostro se encontraban muy a gusto la una con el otro, eran inseparables.

|Narra mi ‘Yo’ del pasado.|

— ¡Hayato-Kun! —Exclamé abalanzándome sobre el susodicho.

— Dime, Kaoru-Chan. —Dijo cayendo nos ambos al suelo, soltando unas leves risas al chocar contra este.

— No llores. —Dije mientras observaba a Hayato a los ojos.

— N...No lo puedo evitar... —Los ojos del muchacho se inundaron de lágrimas, abrazando me desesperadamente. — ¡¡No me quiero separar de ti!! —Gritó angustiado.

— Ni yo de ti... —Intenté ser fuerte pero pronto me vine abajo, acompañando su llanto con el mío.

De la nada, enfrente nuestro, se abrió un portal donde apareció un hombre, dirigiéndose hacia nosotros. Era el padre de Hayato.

— ¡Un poco más, papá! —Rogó el hijo mientras su llanto aumentaba, apretando me contra él.

— Lo siento, hijo mío. —En un movimiento rápido cogió de la muñeca a Hayato, separándonos obligadamente. El muchacho intentó huir de sus garras, pero no pudo. Todo era inútil.

— ¡¡No!! ¡Por favor, deja me estar con Hayato! —Pedí agarrando la camiseta de su padre, con lágrimas en los ojos.

— Espero que algún día me perdones, Kaoru. —Con sus manos me hizo algo, penetró en mi mente sellando todos los recuerdos y momentos que había vivido con su hijo. Aquellos momentos tan... felices.

Abrí los ojos y me encontré a dos desconocidos, que en realidad eran el padre e hijo. Vi como el chiquillo repetía una y otra vez mi nombre, ¿quién era? ¿qué quería? Estaba desesperado.

— ¡¡Kaoru!! ¡Volveré a por ti! —Aquellas palabras se clavaron en mi corazón a pesar de que procedían de la boca de un chico que no conocía de nada.

Por último vi entrar a ambos en el portal, desapareciendo. Nuevos recuerdos, nueva vida.

|Narra Kaoru del Presente.|

Aún me encontraba acostada en la cama, y podía sentir como los dedos del Rey aún seguían en mi frente. Sin razón alguna me desperté llorando, y con la pulsación acelerada. Miré incrédula a Su Majestad, y en su rostro se reflejaba arrepentimiento y dolor. Pero... ¿Por qué?

— Esto es todo lo que te puedo enseñar, Kaoru. —Finalizó, saliendo de mi habitación para dejarme descansar y reflexionar de lo ocurrido. Todavía tenía muchos misterios por descubrir.

Uno de ellos el por qué me sellaron los recuerdos.

Viviendo Con Dioses. | Kamigami No Asobi. |Where stories live. Discover now