capítulo diez

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                                 Capítulo diez: El Verdadero Deseo

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                                 Capítulo diez: El Verdadero Deseo.

Despertó con la misma sensación de mareo que recordaba antes de caer inconsciente, pero la angustia se desvaneció una vez que se halló a sí misma tendida en la cama de su habitación, estaba a salvo en la mansión Malfoy. Se sujetó la cabeza debido al punzante dolor y volvió a recostarse para intentar conciliar nuevamente el sueño, sin tener éxito. Fuera se desataba una pesada tormenta, tan fuerte que el cristal de la ventana daba chillidos de vez en cuando y era imposible admirar los jardines de la casa debido a la neblina que había empañado el vidrio.

La única luz que iluminaba la recámara era la de las velas junto a la cama, pero ella no era tonta, claro que no lo era. La sensación de mareo todavía no se marchaba, ni tampoco podía hacer caso omiso a los latidos acelerados de su corazón; cogió su varita sin mucho esfuerzo, que estaba en la mesa noche, y luego apuntó a una de las esquinas de la habitación.

Homenun Revelio.

No tuvo miedo cuando la figura de Corvus Riddle se reveló entre la oscuridad, tampoco temió cuando él se le acercó en dos largos pasos. Iba completamente vestido de negro como horas antes, y llevaba consigo la Marca Tenebrosa descubierta en el brazo.

– ¿Qué haces aquí?

– Solo quiero hablar, Artemis. No vengo a hacerte daño. No habrá un duelo, no de nuevo.

– ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de parecer, Corvus? –inquirió la muchacha, claramente incrédula por las palabras del mortífago–. Déjame recordarte que hace unas horas ordenaste al séquito de mortífagos que nos asesinaran a mí y a mi familia, aun cuando te rogué que habláramos antes de que decidieses escuchar la maldita profecía. –estaba dolida, él podía sentirlo–. Márchate, ahora.

Corvus frunció el ceño ante la evidente hostilidad de Artemis, pero decidió no decir nada al respecto.

– Si no quieres hablar, entonces no lo hagas. Solo escúchame. –dijo, intentando mantener la cordura y no caer en discusión–. Escuché todo lo que me dijiste en el duelo, comprendo que no estés a gusto con el destino que nos tocó a ambos, sé que no quieres hacer esto. Pero es nuestra misión, nacimos para traer con nosotros una tercera guerra mágica; un duelo en donde el huracán se enfrente al señor tenebroso.

Ella no dijo nada.

– Soy un horrocrux. Mi padre, lord Voldemort, está con vida gracias a que yo estoy con vida. Desgarró su alma una octava vez e insertó ese fragmento dentro de mí, porque alguien más le había hablado de la nueva profecía que se encontraba en el ministerio. Una predicción que llevaba mi nombre escrito, un destino que debía cumplir su primogénito. –por un momento, ella realmente pensó que él podía redimirse–. Es mi destino traer de vuelta al señor tenebroso.

Se mantuvieron en silencio durante unos largos minutos, con el sonido de la tormenta de fondo, cada uno de ellos perdido en las palabras que había dicho el otro. Diggory sabía que él era un horrocrux, lo supo desde el primer momento en que lo miró a los ojos, porque la magia oscura que habitaba en el muchacho era tanta que era imposible que se tratase únicamente por las maldiciones imperdonables.

The Diggory Heiress | #TMT 2Where stories live. Discover now