Adicciones

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—Te extrañé mi amor —susurró la bella mujer mientras recibía a su pareja e hijo devuelta en casa.

—Yo también Irene.

Donghae los observaba, su corazón se partía por dentro pero no podía hacer nada al respecto. Se preguntó desde qué momento había dejado de ver a Hyukjae como un idiota para ahora querer amarlo y aquella incógnita quedó a medio responder.

—¿Cómo la has pasado Hae? —preguntó su madre.

—Bien, fue divertido...

El adolescente buscó a Hyukjae con los ojos; lo miró fijamente esperando que éste le muestre algún tipo de consideración, sin embargo se notaba triste y sin brillo alguno.



Donghae no tardó mucho en llamar a su amigo Kyuhyun, y éste lo invitó a su casa a jugar videojuegos, su gran pasión, un hobby que compartía con Hae. Antes de colgar le advirtió que si tardaba mucho en llegar a su casa empezaría sin él; por lo que el pelinegro trató de apresurarse.

—¡Iré a lo de Kyu! —advirtió anticipando lo que haría como de costumbre para que después no estén regañándolo, en especial Hyukjae. Pero no escuchó ninguna respuesta a su aviso, caminó hasta la cocina. Donghae tragó saliva y se retuvo en su lugar, frente a él su padrastro limpiaba la sangre del cuello de la mujer pasando su lengua sin pudor alguno saboreando cada gota de eso que lo hacía saciar de su sed. El vampiro sintió la presencia del chico en aquel lugar y como tortura, para ambos, terminó besando la piel de Irene con ternura. 

—Vete... —ordenó echándolo de allí con autoridad. 

—¿Qué dijiste? —habló la pelinegra recuperándose de su trance. 

—Que eres hermosa. 

Hyukjae sonrió falsamente, hizo todo a su alcance interno para detener a la bestia y concentrarse en Irene. Sin embargo podía oler en el ambiente a una distacia notoria el flujo caliente que recorría el cuerpo de Donghae; demasiado delicioso para su gusto. Pero no podía actuar con semejante aberración, si se lo permitía el menor podía resultar gravemente herido y el fiscal ya había hecho una promesa con anticipación

«Jamás te haría daño Hae»









—Puedo prepararles algo para merendar —ofreció el adulto. Donghae había sido bien recibido en la casa de los Cho. 

—Leche y oreos —pidió Kyuhyun, su amigo lo observó sonriente y asintió.

—Bien lo tengo anotado.

—¿Qué jugamos primero? —preguntó el pelinegro mientras veía la alta pila de videojuegos que su amigo tenía como colección. Heechul se había marchado para buscar las cosas. 

—Probemos el de NBA—. El anfitrión le mostró la portada de la caja plástica. Al obtener la afirmación de su invitado abrió la consola para introducir el CD, a esto, minutos después se le sumó Heechul quien entró a la habitación con una bandeja llena de cosas dulces para que los jóvenes merienden. 

—¿Cómo la pasaste con tu padrastro en el Rally? 

—Bien Kyu, descubrí algo nuevo de él —expresó Donghae mientras veía como el padre de su compañero apoyaba las cosas sobre el suelo donde estaban sentados junto a unos cojines frente al gran televisor. 

—¿Qué cosa? 

—No vas a creerlo, pero él, él es...

Los adolescentes se asustaron cuando escucharon el ruido del vaso caerse.

—Lo siento, se me resbaló —lamentó Heechul—, gracias a Dios no se rompió. El adulto sonrió, pero se notaba nervioso. 

—¿Qué es Haru? —retomó el hilo de la conversación Kyuhyun sin quitar la vista de la televisión.

Vampire (EunHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora