Capítulo diez: Aunque llueva tendré un arco iris en frente.

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—Porque no te mereces odio, ni nada malo. Y aunque no pueda entregarte mucho, me esfuerzo por no perder otra vez lo que más quiero.—Susurró, mientras soltaba la toalla hacia el respaldo de el sillón de donde se encontraban.—Eres simplemente alguien que merece lo mejor. No sé porque tengo esa impresión de ti, pero es algo tan incontrolable que sólo me gusta cuidarte.

—¿En serio?

—Sí. No necesito que tú sufras. No pude proteger a la persona más importante en mi vida, y ahora tú lo eres, no permitiré que algo te pase.—Mingyu sonrió, con los ojos inundados, con la leve capa de lágrimas que lo hacían ver más vulnerable de lo normal. Sentía un peso en su pecho que ninguno de los dos podía notar.

—Mi padre vive en otro país, no lo he visto por tres años. Lo extraño y mi madre no ayuda a que me sienta mejor en ninguno de los aspectos posibles.—Suspiró, Wonwoo se sentó a su lado, mirándolo con total atención. Se sentía cohibido con este Mingyu tan vulnerable. Siempre lo veía tan alegre o rudo que nunca pensó ver una faceta de él tan llorona y tierna. No le molestaba, en sí sentía que pudo conocer una parte de él que a nadie mostraba, y se sentía honrado. 

—¿Sabes que me hace sentir bien?

—No.—Negó Mingyu suspirando, pero prestando completa atención a Wonwoo quien guardaba algo en sus manos, como si tuviera algo que mostrar.

—Acompáñame.—Susurró, tomando la mano de el más alto que reposaba en sus piernas antes de levantarse. Con una sonrisa, el pelinegro sólo se movía hacia su habitación. Abrió la puerta, dejando que esta con un leve impulso se abriera con leves ruidos que lo hacía ver mucho más misteriosa. Ambos se miraron, y a pesar de la lluvia de afuera, Wonwoo se veía como el día más soleado de la temporada. Lo hizo sentir cálido, con su torrente sanguíneo ardiendo más de lo normal, no sabía si le subía la fiebre o tenía la cara sonrosada por la cara curiosa de el más bajo que sólo lo incitaba a ser mucho más alegre a pesar del peso en su corazón. Wonwoo rió levemente, moviéndolo hacia el interior de la habitación. Vio su techo de estrellas, constelaciones, planetas y planos en su escritorio. 

No dudaba de que Wonwoo era un maldito genio, pero esta vez si que estaba sorprendido. Se formó un suspiro de asombro viendo a su alrededor lo que era la habitación de el chico. Se sentía cálido pero a la vez expuesto. El color azul con los leves destellos blancos o celestes, hacían ver la habitación más grande por alguna razón. Pese a que Mingyu era un chico grande y alto, se sentía diminuto con la cantidad de figuras que tenía. Tenía a la osa mayor, osa menor, constelaciones de los signos zodiacales, la constelación de Hércules, entre otros que llamaban la atención del más alto. 

Wonwoo rió al ver la sorpresa de Mingyu. Mientras este sonreía por escucharlo. Se dio la vuelta, chocando con el escritorio, botando algunos libros. Los recogió todos, encontrando uno que hablaba de la astrología, otro de los cuerpos celestes y entre otros. Quedó sorprendido por la cantidad de libros, y miró al mayor que mientras reía ayudaba a recoger los libros sin dudas. 

—Eres muy inteligente.

No tuvo contexto, sólo fue algo que salió de los labios finos y entreabiertos de el castaño. Tenía una mirada brillante, y el más bajo podía jurar que encontró una constelación nueva en sus ojos. Una nunca antes vista. Una que le llamaba más la atención que cualquier otra. Nadie lo halagaba así, escuchar eso salir de los labios de alguien más ajeno que su familia, era algo nunca antes visto. Ni siquiera con chicos que le habían coqueteado alguna vez. Sólo escuchaba que tenía buen cuerpo porque era flaco, o tenía buenos labios. De parte de amigos de sus amigos. Y escuchar eso de alguien fue tan directo, que sintió una leve calidez en él, en su pecho.

—¿Lo soy?

—Sí. Leo una palabra de estos libros, y me tiraría una semana para comprenderla. En cambio tu tienes apuntes, dibujos, planos... Muchas cosas que no entiendo también.—Sonrió, sacando papeles que estaban entre los libros, y que llamó la atención de el castaño.

My little star; MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora