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Notas: capítulo sin editar ni corregir.

"Lo encontramos".

Esas habían sido las palabras que le dedicaron a Jimin hace dos meses cuando se sentó en su silla habitual frente a la mesa de reuniones. Era una oficina bastante ordenada para la variedad de cazadores que se encontraban allí, cada uno sentado de manera distinta. A veces la forma en que abrían las piernas al sentarse demostraba su personalidad. Hoseok solía abrirlas hasta que sus muslos tocaran los bordes de la silla, y luego se recostaba hacia atrás, mirando a todos por debajo como si fuera dueño del lugar. Era una actitud bien merecida porque era uno de los mejores. Seokjin, por el contrario, se sentaba como si fuera el hijo perfecto: espalda recta, manos apoyadas y entrelazadas sobre la mesa, mirando con una expresión seria cada movimiento de quién estuviera exponiendo frente a ellos. Jimin, por el contrario, se sentaba siempre en alerta, apenas usando la mitad de la base de la silla, como si sus piernas estuvieran listas para saltar en cualquier instante.

Cuando dijeron esas palabras, lo encontramos, su estómago fue el que saltó. O al menos se sintió así. Y luego cayó como si estuviera en una montaña rusa, en picada, y sus piernas se convirtieron en gelatina. Hacia tiempo que no sentía aquello, el miedo profundo que le inmovilizaba y le provocaba nauseas, pero aquí estaba, asustado de continuar escuchando, de descubrir a cuál de todos sus amigos habían encontrado.

Si era Yoongi, se pondría en acción de inmediato. Si era Jungkook, comenzaría a hacer un plan para traerlo de vuelta. Pero si era Taehyung... Jimin se sostuvo de la silla, sus nudillos blancos por la fuerza que hizo mientras se sujetaba. Si era Taehyung... temía romperse frente a los demás cazadores, aquellos que lo habían menospreciado en un principio por no haber crecido en la tragedia como ellos, por tan solo conocer un pedazo del infierno desde hace poco. Así que Jimin respiró profundo y esperó a que Seokjin continuara y dejara de mirarlo como si estuviera analizando cada una de sus reacciones.

—Es Jungkook. Está en China.

Esas fueron las palabras que detonaron el inicio de una misión.

Por supuesto, había considerado la opción de que todos estuvieran muertos. A veces prefería pensar que todos habían muerto desde hace mucho, en un inútil intento por convencerse de dejar esta vida y regresar a la que ya conocía. Pero no era tan sencillo.

El saber que Jungkook seguía por ahí, vagando a su suerte, y que sabían su paradero fue un nuevo impulso. Jimin pudo haber optado por regresar con su padre, vivir con sus hermanos y trabajar como un humano común y corriente, pero les debía esto. Debía encontrar a Yoongi, aunque fueran solo los restos de su cuerpo, recuperar a Jungkook y darle continuidad a la vida que le fue arrebatada, y por sobre todas las cosas, detener a Taehyung, incluso si ya había fallecido. Y algo le decía a Jimin que matar a Taehyung era una tarea tan difícil que hasta el mismo infierno lo devolvería si alguien se atrevía a matarlo de una vez por todas.

Sin embargo, cuando les entregaron el informe de la investigación que habían estado realizando unos cazadores en China (ilegal y secretamente porque el país no dejaba entrar ni salir información, mucho menos sobre ataques vampíricos), y lo leyó en conjunto con el resto de la mesa, Jimin se dio cuenta que Jungkook no estaba tan a su suerte y que definitivamente no estaba vagando como un alma solitaria.

Se le atribuían 5 masacres en Beijing y otros casos más parecidos a una broma a gran escala que a algo malvado y siniestro. Habían aparecido algunas estrellas de cine con mordidas notorias en el cuello y la declaración de que no recordaban cómo había ocurrido eso, a pesar de que había evidencia (videos, fotos) de ellos con un vampiro de cabello por debajo de la mandíbula y la mirada oscura y brillante. Jungkook no se había ocultado para nada, y Jimin comenzaba a creer que era por la misma protección de China.

bloodline ー bangtanWhere stories live. Discover now