lipsticks of flavor. nomin.

coffee bean.

jeno y jaemin estaban en la cafetería comiendo con sus amigos, en cada recreo el chico menor se pedía un café que llenaba sus apetecibles labios de espuma sabor al líquido antes mencionado.

el azabache no podía apartar su mirada de los labios del castaño, eran peor que la nicotina porque ya era adicto a ellos, tenía ansias por probarlos de nuevo y cada vez un poquito más de jaemin.

al sonar la sirena de vuelta a clases, jeno se acercó a jaemin para susurrarle un:

— vamos al baño y nos saltamos la próxima clase.

lo que a jaemin le dio un escalofrío.

intentando que nadie los viera por los pasillos, fueron juntos al baño de chicos, varias veces se habían quedado allí, pero no justamente para lo que jeno tenía pensado hacer.

el azabache cerró con pestillo la puerta del baño y subió a jaemin en el lavabo.

— ¿has traído alguno de tus cacaos esos mágicos? porque me da igual si tengo los labios agrietados y secos, lo hayas traído o no, voy a besarte aquí y ahora.

— me pillaste con las manos vacías, no tengo ninguno — a la vez que decía esto, jaemin alzaba sus manos.

pero, ¿qué importaba si había traído cacao o no? igualmente cuando jeno lo besó de esa forma tan especial e intensa que solo él podía hacerlo, se percató de que los labios de jaemin aún sabían a café por lo que si no lo estaba disfrutando ya de por sí, el sabor entre dulce y amargo de los labios de jaemin era el paraíso.

no supo en qué momento ambos llegaron al punto de estar sin corbata, con varios botones de sus camisas desabrochados, él entre las piernas del contrario y el menor acariciando su abdomen por debajo de la camisa. sin contar que jeno pasó de los labios de su mejor amigo a su cuello, incluso dejando algunas marcas rojizas, por lo que el dueño de aquél cuello que para jeno era un lienzo blanco que debía de pintar, empezara a jadear.

pero se les acabó el juego cuando la siguiente sirena tocó y tuvieron que irse cada uno a sus respectivas clases.