🥀 18. Presiento que seremos muy buenas amigas 🥀

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Con muchísimo cariño le dedico este capítulo a: Velu_01 ¡Disfrútalo!

CAPÍTULO DIECIOCHO... [Presiento que seremos muy buenas amigas].

Me levanté lentamente, no miré hacia atrás y empecé a temblar. Cerré los ojos y las lágrimas gruesas y calientes me bajaron por las mejillas, volteé hacia él y lo rodee de la cintura llorando desconsolada. Podía deducir lo molesto que se encontraba tras correr así.

-¿Te encuentras bien? -me separé de inmediato, sorprendida al escuchar aquella voz extraña.

Bajé la cabeza avergonzada y me limpié las lágrimas precipitadamente. Su contextura era similar a la de Jayden. Levantó mi barbilla con suavidad y lo miré detenidamente. Era el barman del Club de Jayden, el rubio que aquella vez me había guiñado un ojo, el mismo que estaba en la fiesta de Camila. Él sonrió. Me estaba resultando extraño encontrarlo en todos lados.

-¿Eres la hermanita de mi jefe? -se rio, yo asentí.

Por algún motivo el chico me daba buena sensación, me despertaba un aura confianzuda. Su sonrisa ladina, dos hoyuelos en sus mejillas, sus ojos expresivos color marrón me hizo en definitiva tener una sensación agradable. Era demasiado alto, el cabello rubio natural largo y los tatuajes pequeños en el cuello. Traía una chaqueta de cuero negra, unos pantalones y botas negras.

-¿Por qué lloras, linda? -Este hombre podía tener unos 25 años. Tragué saliva y negué con la cabeza-. ¿Puedo ayudarte o invitarte algo?

-Es un desconocido. -murmure, él rio suavemente y tendió su mano.

-Mi nombre es Dylan, ¿tú eres Helena? -asentí y le brinde una sonrisa de boca cerrada-. No entiendo como una niña tan linda puede estar llorando en mitad de una calle.

Dylan era muy coqueto pero sin llegar a ser vulgar. Sonreí nuevamente.

-¿Necesitas ayuda? -volvió a insistir, esta vez más preocupado. Vi en esos momentos la oportunidad de por lo menos salir de los brazos de Jayden.

Solo era una chica que no sabía qué hacer.

-No tengo donde quedarme. -murmure nerviosa, con el corazón desbocado, él asintió y sacó su teléfono-. ¿Qué hace?

-Llamaré a tu hermano y le diré que estás perdida. -se llevó el teléfono a la oreja y yo me puse pálida.

-¡No! -Jale de su mano y él me miró ceñudo, colgó la llamada y se guardó el teléfono-. Yo sé que está mal esto pero, me escapé de casa.

-¿Por qué? -no parecía alterado sino que más bien interesado, yo no respondí y bajé la cabeza- Es algo normal, cuando somos adolescentes queremos hacer muchas cosas que no están bien.

Esto que yo estaba haciendo no estaba nada bien.

-Yo... ¿Dylan? -Él asintió, yo suspiré y sentí enrojecer violentamente por lo que estaba por decir- ¿Podría ayudarme?

Todos mis sentidos gritaban que era una mala idea, que estaba haciendo mal y era mejor llamar a Jayden, pedirle disculpas, que me llevara a casa y recibir un castigo. Pero me rehusé a todos aquellos pensamientos que eran lo correcto.

-Dijiste que no tenías donde quedarte, tengo un apartamento a unas cuadras, ¿vienes conmigo? -me mordí el labio y tomé una bocanada grande de aire.

-¿No habrán problemas? -miraba hacia arriba para poder mirar sus ojos, él negó y me brindó otra sonrisa ladina.

-Vivo solo.

¿Estaba haciendo lo correcto? Caminé junto con él sin dejar de mirar a todos lados con miedo de toparme a un Jayden furioso o a un Ian dispuesto a llevarme a los brazos de él. Llegamos a un edificio cerca de donde me encontraba yo, hasta ahora me había parado a reparar que Dylan venía con bolsas del súper. Subimos al ascensor y yo estaba nerviosa. ¿Y si él era malo? Pero su sonrisa y su forma de ser me hacia saber que él no era así. Que era una buena persona. Salimos del ascensor y doblamos a la derecha para finalmente llegar a una puerta igual a las demás. Metió una llave en la cerradura y se hizo paso para que yo entrara primero, así lo hice.
El apartamento era neutro pero cálido, habían zapatos y calcetas tiradas en el piso, cajas de comida a domicilio y al ver ese desorden tuve ganas de arreglar todo aquel desastre. Me senté en un sofá y tomé aire profundamente.

-Jayden me va a despedir o peor aún, me va a matar cuando se entere que su hermanita está conmigo. -rio con incomodes, rascando su nuca. Yo sabía que estaba metiendo al chico en problemas.

-No le diga nada a Jayden, por favor. -volví a repetir, él asintió y sonrió.

-No lo haré, linda -revolvió mi cabello y luego desapareció por un pasillo aún con las bolsas.

Me quedé en el sofá sentada observando todo el apartamento, el desorden era impresionante.

Dylan era hombre. ¿Qué, si se comportaba como mi padre o como mi hermano?

Estuve por varios minutos ida en el limbo solo imaginándome las peores de las cosas. Era muy ingenua, pero no supe qué más hacer. Sentí que tocaron suavemente la puerta del apartamento del chico, por un momento se me cruzo la loca idea de que era Jayden y que Dylan le había marcado, me levanté asustada. Dylan apareció y me sonrió dulcemente, abrió la puerta y suspire de alivio.

-¡Cómo estás mi Dylan! -miré a la chica queriendo desaparecer, quizá era su novia.

Era una chica morena y alta, tenía el cabello lleno de muchas trenzas que a primera vista me encantaron, se le veían fabulosas, tenía los ojos chinos y oscuros y su mirada era tímida, pero no lo parecía en absoluto, tenía labios gruesos y un cuerpo espectacular. Me sentí intimidada con su presencia y no supe qué hacer.

-Es una amiga, Caroline. -Dylan me presento, yo no diría que somos amigos, aunque jamás he tenido amigos.

Se acercó a mí y me brindó una sonrisa de boca cerrada tendiéndome una mano.

-Mucho gusto -le devolví la sonrisa y estreche su mano.

-Me llamo Helena, mucho gusto -mencioné un poco intimidada aún, la chica tenía una sonrisa amable.

-Helena se quedará unos días conmigo, Caro -Dylan dijo y ella levantó las cejas divertida, moviéndolas y lo codeo.

-¡Al fin conseguiste novia! Llegué a pensar que eras gay -lo último lo susurró, yo sonreí.

-No es mi novia y tampoco soy gay -se rio Dylan y desapareció por el pasillo de antes- ¡Prepararé algo!

Caroline se sentó a mi lado en el sofá, y me sonrió, seguía pensando que su mirada era tímida, pero su sonrisa era alegre.

-Presiento que seremos muy buenas amigas, eh.

Me limité a sonreír ante sus palabras. Estos chicos habían aparecido en mi vida apenas y ya yo sentía que tenía una gran confianza en ellos.

Aunque todavía estaba muy preocupada por Jayden, me lo imaginaba buscándome como loco y eso hacía que mis vellos se pusieran de punta.

No sabía qué haría ahora.


. . .


Caroline está inspirada en una gran amiga que tengo y que quiero mucho

_valhudsson

JAYDEN "Tu deber como mujer" ©Where stories live. Discover now