Fruto De Nuestro Amor [Corrigiendo/ANTI ROMÁNTICO]

Capítulo 60 Arrebato

Sentía un cóctel de sentimientos y cansancio, lo que importa es que está cerca de su fruto. Está vez tuvo suerte, no fue una de las seis mujeres que conoció y se quedaron en la habitación aislada, lástima por ellas. La suerte está de su lado, si ese hombre no estuviera obsesionado, se sumaría a una más de las mujeres obligadas a trabajar como sexo esclavas de la yakuza. Lo que atravesó fue un escarmiento de cómo puede terminar si vuelve a traicionar a Sasuke, tentar nuevamente a la bestia puede apresurar su muerte.

-Vamos a la otra habitación, allá está tu ropa -dijo, acariciando el cabello suave de su futuro esposa.

Cansada y con un fuerte dolor de cabeza, Sakura se levantó del suelo apoyando las manos en los muslos de Sasuke. Para no hacer contacto visual desvío la mirada hacia una mesa de centro situada a pocos centímetros del sillón. Una pistola con silenciador, una cartera, un vaso de vidrio con la mitad de licor, y un paquete de pastillas de varios colores hay sobre la mesa.

-Déja quitarme los zapatos... Me duelen los pies -musitó cansada.

-Déjalos, me gusta ver los zapatos de veinte centímetros en los pies de las mujeres, pero a ti se te ven mejor.

Quiso halagar en un momento cuando la atmósfera se siente tóxico, para ella solo la comparó con otras mujeres, quizá sus amantes, pensó sin cambiar sus facciones que demuestran cansancio y decepción.

-Camina hacia la puerta, voy detrás de ti.

Acató la orden, se dio la vuelta y comenzó a caminar despacio. Los pies le dolían, y pensó que era similar al cuento de La Sirenita, cada paso que daba sentía un infernal dolor por el hecho de caminar al lado del príncipe, quien al final la traicionó.

Sasuke la observó alejarse con pasos inexpertos sobre los veinte centímetros, cuando llegó a la puerta se lanzó sobre ella pegando su delgado cuerpo contra la madera. Sus manos viajaron a su cintura y lentamente bajaron hasta el borde del diminuto vestido rojo para subirlo. Besó su hombro con desesperación, mientras ella olía su aliento a licor.

-No puedo soportar más... -susurró al oído. Sus besos viajaron al cuello cerca del tatuaje. -Me urge cogerte y probar tu sabor otra vez, ¿me lo permites?

-La niña... -murmuró en voz entre cortada -. La quiero ver. Llévame con ella, te prometo que haré lo que quieras, pero primero tengo que ver a Sarada.

-Ella está bien, aprovechemos antes que despierte. Abre las piernas y levanta el culo.

-Es lo único que te pido, que me dejes ver a Sarada.

Con una pierna le abrió las piernas, y con una mano tomó el hilo dental para mover la parte de entre los glúteos hacia un lado. Entraría con ferocidad sin tomar en cuenta como las piernas le tiemblan de cansancio.

-No quiero, no aguanto los pies.

-No me niegues tu culo, si no quieres que te folle, llamaré a una escort y la tomaré delante de ti, Jade.

-¡No me llames así! -exclamó molesta.

-¿Por qué no? -Liberó su miembro del pantalón con una mano, mientras con la otra sujeta el hilo dental. -Así te llamaba Shisui, ¿por qué yo no puedo?

Sasuke estaba ebrio y drogado, el pasado de Sakura lo agobia, solo sirve para reprochar y hacerle sentir más miserable. Así será la vida de estos dos, a puertas abiertas todo un ejemplo para Sarada, pero a puertas cerradas un martirio de emociones para ambos.

Introdujo el miembro al interior del sexo de su chica de ojos jade, la penetró despacio, se la junto al cuerpo, y con los dedos de una mano estimuló el clítoris y pellizco los labios mayores, provocando quejidos de intenso dolor.