CAPÍTULO 58

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Hoy me despierto muy nerviosa, tengo muchas cosas que hacer y prepar. Estamos a medianos casi finales de Febrero y desde la conversación que tuve con Sergio ese día en la bañera, mi mente cambió, sabía que teníamos dos niños que educar y que me tenían que ver bien, una pareja que me apoyaba con todo junto con mi família y una gira que empezaba en menos de dos meses, pero basicamente lo hize por mi, necesitaba superar de una vez por todas ese trauma. Así que decidí acudir a Sara, amiga de Vero y mi actural psicòloga, desde ese día las pesadillas fueron disminuendo poco a poco hasta que han desaparecido por completo. Aún que creo que recibir la carta del juicio con los secuestradores también fue un detonante para que decidiera acudir a un especialista y si, no todo son buenas notícas, hoy es el día del juício, hoy es el día que tengo que volver a verles las caras, sólo espero una cosa y es que no vuelvan las pesadillas.

Despierta, veo como Sergio no está en la cama, así que decido bajar a la planta de abajo, donde supongo que estará y es así, no me equivoco. Lo encuentro en la cocina haciendo el desayuno para los dos. Me acerco silenciosamente por su espalda y me abrazo a él, da un pequeño salto por el susto que me confirma que no me había escuchado bajar. 

S- Buenos días amor, ¿cómo estás? - Me dice girándose y dándome un beso-. 

M- Buenos días, la verdad es que estoy bastante nerviosa. 

S- Tienes que estar tranquila, no dudes en que vamos a ganar y esos van a pasar muchos años en la cárcel. 

M- Eso, espero... 

S- Bueno cariño, ¿desayunamos que en nada va a venir a buscarnos tu hermano? 

Asiento con la cabeza nerviosa, nos sentamos, cojo su mano y no la suelto en todo el desayuno. Necesito sentirlo, sentir que está junto a mi, que no me va a traicionar, que me da la seguridad que necesito. Desayunamos en silencio, cuando terminamos, recogemos la mesa, subimos arriba, nos vestimos y nos sentamos en el sofá a esperar a que llegue José con el coche. 

S- Ven amor- me hace sentarme encima suyo-  No te preocupes, lo vamos a ganar. 

M- Estoy muy neviosa...  - Me acaricia la espalda y me da dando besos, hasta que escucharmos el timbre, aquí es cuando me pongo más nerviosa ya que sé que está llegando el momento. Nos levantamos, nos ponemos los abrigos, cojo mi bolso, me abrazo a él y salimos andando hasta el coche donde nos espera mi hermano, mi madre y Manu.  Nos sentamos detrás, junto con mi madre, tengo las dos manos cogidas con fuerza hasta llegar a los juzagados. El coche para delante la puerta, bajo y me abrazo a Sergio, mientras mi madre y mi hermano van a nuestro lado. 

Andamos lentamente, hasta llegar a la puerta allí empiezo a temblar, no quiero encontrarme con esos.  Entramos, damos nuestros datos y nos hacen esperar en una sala, José ha ido a ver si está su amigo. 

J- Malú - dice entrando- no vas a declarar delante de ellos, cuando hay un caso de estos, dejan escoger si quieres declarar con ellos delante o si no. Entonces he creído que te mejor sin ellos. - Nada más escuchar esto, me levanto y lo abrazo fuertemente-. 

M- Gracias José, la verdad es que si, mucho mejor si no están.  - Me vuelvo a sentar, pero esta vez es encima de las piernas de Sergio-. 

J- Eso si, Juan me ha dicho que la declaración será por separado, pero que en el momento de la senténcia si que habrá que estar todos juntos en la sala. 

Asiento con la cabeza y me escondo en el cuello de Serio. Él aprovecha y me da besos en el pelo mientras me acarícia la espalda y la verdad es que no se como lo hace, pero consigue tranquilizarme un poco.  

S- Mi amor - me dice susurrando en mi oreja- diles todo lo que pasó, sin ningún miedo, ¿vale?, no te van a volver a hacer nada mi vida.  No los vamos a volver a ver y es muy importante que cuentes todo lo que pasó o todo lo que recuerdes. Estaremos todos contigo amor. 

Los minutos pasan eternos en esa sala, sentada encima de Sergio y dándole la mano a mi madre. Llegan las once, nos han dicho que primero voy a declarar yo y luego ellos. 

J- ¿Malú?, - dice mientras nos busca por la salita. - Venga, es la hora, no tengas miedo, cuentanos todo lo que pasó, es muy importante que la declaración sea muy detallada, ¿vale? - asiento con la cabeza. - Venga vamos ! 

Nos levantamos, abrazo a Sergio y cojo la mano de mi madre mientras andamos hacia la sala donde el juez nos espera. Antes de entrar, le doy un abrazo a cada uno y un beso a Serio, entro primero yo con mi abogado nos sentamos delante de la jueza y luego entran ellos que se sientan justo en un banco que se encuentra detrás mío. 

No escucho a la jueza, estoy muy nerviosa, solo pienso en lo que tengo que decir. En que tengo que revivir ese momento otra vez. Quiero que llegue ya y que pase de una vez por todas, quiero poder vivir en tranquilidad junto con mi família. 

J- Malú, tu hora es tu hora de declarar. 

Me levanto y voy hacia el atril donde me indica la jueza y allí, junto con mis palabras se derraman lágrimas. No sé cuanto tiempo puede que haya estado allí, solo se que se me ha hecho eterno. 

J- Puede volver a sentarse. 

Ahora quién habla es mi abogado y los polícias que estubieron el día del rescate. 

J- Pueden salir y esperar fuera. En un rato los llamaremos para ditaminar la senténcia. 

Nos levantamos todos, la verdad es que bastante rápido, mi abogado va primero, yo espero a Sergio, a mi madre y a mi hermano, me abrazo a ellos primero y luego a Sergio, del cual no me despego. Una vez fuera, nos paramos y nos abrazamos. 

S- Lo has hecho muy bien amor, ya está, ahora está todo en manos de la jueza. - Me dice mientras me acaría el pelo. -

Toda la tranquilidad que me desprende Sergio se va, en cuanto los veo entrar escoltados por los polícias.

¿Imposible amar?Where stories live. Discover now