2012: Quimera (Dégel/Kardia, Milo, Saga, Camus)

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Esmirna. 18 de julio de 1739.

El antídoto parece haber funcionado. Kardia continúa evolucionando favorablemente, pero me temo que el retorno a Grecia tendrá que esperar. Aunque actualmente todo está bajo control, me preocupa el comportamiento del veneno y el alcance de sus efectos. Por eso, a pesar de que la misión fue completada con éxito, de momento considero más conveniente permanecer en Esmirna.

Esta mañana Kardia despertó preguntándome si había ido al puerto por más manzanas. Aún cuando no esté del todo recuperado, cada hora que pasa se va haciendo más difícil obligarlo a descansar. Su caudal inagotable de energía nunca deja de sorprenderme. Llevo ya un buen tiempo intentando clasificar los documentos de la misión, pero él siempre llega para interrumpir de una u otra forma.

―Si quieres que me quede en la cama ya sabes lo que tienes que hacer, Dégel.

Esto ocurrió hace un rato. Kardia apareció a mis espaldas mientras escribía, apoyó su mentón sobre mi hombro derecho y me quitó la pluma de la mano.

―¿Amarrarte a ella...? ―respondí. Luego de tantas interrupciones, estaba comenzando a pensar que era una opción razonable.

―Hmmm... ―Kardia pareció estar considerándolo seriamente―. Ya hemos comprobado que eso es divertido por cierto tiempo, pero no es lo suficientemente efectivo como para detenerme a largo plazo.

―Lo sé, tengo que buscar nuevas alternativas.

Conseguí recuperar mi pluma, pero eso no bastó para que Kardia se diera por vencido.

―Deja tu aburrido diario y ven conmigo ―insistió.

―Déjame terminar de escribir primero.

Mi intención era poner mis ideas en orden para recordar los detalles que debían ser incluidos obligatoriamente en el reporte al santuario que aún debo redactar, pero con Kardia revoloteando a mi alrededor eso puede ser bastante difícil.

―¿Escribir sobre qué? Si no haces cosas no tendrás nada que contar ahí, ¿sabes?

―Vuelve a la cama, Kardia. No estás en posición de negociar.

Lo escuché reír, y antes de que pudiera hacer nada para evitarlo sentí que se desplazaba hacia adelante, para sentarse sobre mis rodillas con un movimiento grácil. Quedamos enfrentados cara a cara. Así acabó de bloquearme por completo el acceso a la mesa y a la hoja sobre la que estaba escribiendo.

―Pero cumplí con la misión, ¿no?

Eso es cierto. Sin embargo, la manera en que se condujo no fue la correcta. Se trataba de una misión delicada por razones diferentes a las habituales, y le gustara o no, mi presencia allí no era arbitraria.

―Fuiste contra las indicaciones que habíamos recibido, al adelantarte para cumplirla por tu cuenta y sin permiso. Sin mencionar que probablemente hubieras muerto de no haber sido por el antídoto.

―Pero no morí ―señaló con una gran sonrisa. Tuve que luchar para que no se me contagiara, por más que estuviera molesto con él, que se dio cuenta de que estaba ganando terreno y acortó la distancia que nos separaba entrelazando sus brazos alrededor de mi nuca.

―Ve a descansar, Kardia ―susurré, empujándolo un poco hacia atrás.

El respondió con un resoplo de fastidio, pero de pronto pareció recordar algo que hizo que su rostro se iluminara.

Oneshots BL de Saint Seiya (Lost Canvas+G+clásico)Where stories live. Discover now