7. Tentación y responsabilidad

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G I S S E L L E

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G I S S E L L E

— ¿De quién? Seguro que es alguno de los trabajadores de aquí, ¿verdad? Porque el hijo del jardinero me preguntó por ti.

— No, es alguien que... conocemos, más bien todo Noruega conoce —Gisselle dejó de cortar la lechuga y se centró en Glass.

— ¿Te refieres al Rey? No pensé que te gustaran las personas mayores.

— No, es Timothée, el príncipe... mi amigo...

— Lo sabía, tu madre, lo sabía. ¿Sabes lo que eso significa? Esta mañana te pregunté si sentías algo por él y me dijiste "no, solo me incomodó".

— Lo sé, esto es confuso. ¿Qué ha pasado? Han pasado tres días desde su regreso y ya estoy enganchada a él.

— ¿Qué esperabas? El príncipe es muy guapo, al igual que su padre. Debía suponer que te engancharías a él.

— Bueno, hubo un tiempo en que me pareció guapo cuando éramos pequeños, teníamos unos 8 años, hasta que se fue...

— Y ahora ha vuelto, Gisselle... —Glass acercó un plato lleno de fresas,— la reina no toleraría que tuvieras una relación con su hijo y lo sabes. Deja que pase el tiempo.

— ¿Dejar que pase el tiempo?

— No lo beses, si eso ocurre, no habrá vuelta atrás.

— ¿A qué te refieres?

— Pueden pasar varias cosas. Una es que ambos se enamoren, lo cual sería una mala idea. La otra es que te gustes, pero a él no le atraigas. Eso también te dolería.

— Te haré caso, dejaré que pase el tiempo.

Y eso hice, dejé que pasara el tiempo. Me enfoqué en aprender nuevas recetas de cocina con Glass. Era la primera vez que sentía a alguien a mi lado, alguien que no era mi madre ni Timothée. Seguía hablando con Timothée, pero no tanto. Tenía miedo de tocar el tema pendiente, así que lo evité. El Rey seguía un poco enfermo, pero estaba mejorando.

Su hermano se presentaba cada día sin falta. Algo me decía que no estaba aquí solo porque le preocupara su hermano, sino por algo más. Tal vez le encantaba la comida que le servían aquí. A Timothée eso le fastidiaba, pero ya nos habíamos acostumbrado.

El mes de octubre había llegado y el tiempo parecía haber volado. Todos estábamos emocionados por la proximidad de la Navidad y, por supuesto, del cumpleaños del Príncipe.

Timothée me siguió de cerca, y pude notar la expectativa en su rostro.

— Tengo tu regalo listo — susurró Timothée mientras me alcanzaba.

Sonreí, sabiendo que era el momento perfecto para revelar mis planes.

— Esta semana saldremos a comprar todo para la cena, aprovecharé para conseguir tu regalo — respondí con una sonrisa juguetona.

ᴋɪɴɢ ɪ | ᴛɪᴍᴏᴛʜÉᴇ ᴄʜᴀʟᴀᴍᴇᴛ - VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora