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¡Larga vida al Rey!, ¡Larga vida al Rey!, ¡Larga vida al Rey!, ¡Larga vida al Rey!

Varios gritos fuera del castillo, varias personas aplaudiendo al Rey.

- El será igual de perfecto que su padre.

- ¡Que viva el Rey Timothée!

Esto no podía estar pasando, comencé a correr, empujando a las personas, ¿Donde estaba mi madre?, ¿Qué esta pasando?. Justo cuando llegue al frente ahí estaba Timothée, estaba en el trono, se había convertido en Rey, sus ojos reflejaban odio, profunda tristeza y amargura.

- El ha aprendido a odiar, por fin esta preparado para ser un Rey -era su tío junto a Gisselle-

- El nunca a odiado a nadie, no es como tu

- ¿Hablas tu?, La amante del nuevo Rey

- Gisselle

- Gisselle

Mi nombre estaba en boca de todos los que estaban presentes en la coronación.

- Gisselle es hora de levantarte, no entiendo como se nos pudo hacer tan tarde y que tu tampoco estés despierta

Era mi madre, estábamos en la habitación, había sido solo un sueño, todo iba normal, debía olvidar ese sueño, salí de la cama y me cambie, prepare el desayuno junto a Glass, salí y fui directo a la oficina del Rey, deje el desayuno en una bandeja mientras mi madre dejaba el desayuno para el Príncipe Henry, salí detrás de ella, justo cuando íbamos bajando las escaleras se me ocurrió hacer un comentario de mal gusto para mi madre.

- Solo falta que quiera quedarse a dormir -hablaba del príncipe Henry-

- Gisselle, cállate, regresa a la oficina del Rey se me olvidaron las llaves, si te ve, solo dile que te mando yo y que se te olvido algo, ni se te ocurra decir algo sobre el Príncipe Henry

Regresé y la puerta ya estaba entre abierta, cuando entre vi al Príncipe Henry, ¿Que hacía el?, no estaba el Rey, el se exalto y justo en ese momento se alejo del escritorio del Rey, frunció el ceño y se acercó a mi.

- ¿No te han enseñado a tocar la puerta?

- Dejamos el desayuno justo como el Rey ordeno, usted no debería estar aquí, nadie entra a la oficina del Rey

- Soy su hermano, ahora veté

- No, lo lamento mucho pero yo solo obedezco ordenes del Rey

- ¿Quieres ver como te obligo a salir de aquí? -dijo agarrando su brazo fuertemente-

- Si quiero ver - Gisselle estaba retando al príncipe Henry y ella misma sabía que podría asegurar su despido o su muerte-

- ¿TE CREES VALIENTE?

- HENRY -era el Rey- Déjala en paz -vio a Gisselle-

- Su majestad, me indicó mi madre Jazmin que viniera por las llaves, se le olvidaron.

- Lo sé, me la encontré en los escalones, toma las llaves y sal de aquí

- Gracias -dijo y agarró las llaves mientras el príncipe Henry veía a su hermano-

- Deberías despedirla, es una buena para nada

- Su majestad ¿Algo más? -dijo Gisselle-

- No, hasta ahora no -dijo y se sentó en su escritorio- puedes retirarte -ella asintió-

Me sentí más tranquila saliendo de la oficina del Rey, no me agradaba para nada su hermano, sin embargo no podía hacer nada, llegué una vez más a la cocina.

- Iré a dejarle el desayuno al Príncipe -dijo Gisselle-

- Ya fue Melissa -hablo Juliet- estaba insistiendo tanto -dijo susurrando lo último al ver como la chica que fue mencionada sonreía-

- Si fui a dejarle el desayuno, por cierto estaba sin camisa -suspiro se veía tan bien-

Ignore tal comentario y me dispuse a distraerme con lavar los platos, sin embargo, en ese momento se abrieron las puertas, era Timothée, todos hicimos una reverencia.

- ¿A pasado algo? - Melissa fue la primera en hablar-

¿Acaso cree que por llevarle el desayuno ya tenían algo en especial?, exagerada.

El príncipe ignoro su comentario y busco con la mirada a la única persona que le importaba, Gisselle.

- Ve a la biblioteca y trae un poco de fresas -dijo viendo directamente a Gisselle-

- Si... su alteza

Sin más Timothée abandonó la cocina, agarré un pequeño tazón y puse fresas como el dijo, nadie me dijo nada de lo que habían sucedido en ese momento, por suerte tampoco estaba mi madre, Juliet solo me susurró si me había enojado con el Príncipe, a lo que yo no respondí.

Salí de ahí, me dirigí a la biblioteca, cuando pasé cerca de la oficina aun estaba el Rey hablando con su hermano, seguí caminando y entré a la biblioteca, cerré la puerta y le encamine por los pasillos, el estaba en el último.

- Te he traído las fresas -el volteo y sonrió-

- ¿Hable muy fuerte en las cocinas?

- Pues no... creo que es lo normal, ¿Por qué?

- No quería que pensaras en que yo estaba enojado

- No lo pensé, creo que los otros sí, por ahora no creo que sospechen nada

- Hable con mi madre -Gisselle levanto la mirada- sobre ti

- ¿Que le has dicho?

- Que necesitaba a alguien como mi mano derecha, mi madre siempre dice que tengo gustos extravagantes con la ropa

- Pero siempre te ves guapo -se sonrojo pero no mentía-

- Gracias, pero me a dicho que consiguiera a alguien y que mejor que escogerte a ti, mi madre hará un baile, quiero que estés conmigo

- Debo estar presente, aquí trabajo

- No, en el baile, no en la cocina, solo quiere mi madre que si llega a pasar algo con el traje que uso tu tengas una opción b

- Ya entendí -lo vio-

- Mi mamá aceptó que fueras tú, con una condición -vio las fresas- que no me veas cuando este cambiando de ropa

- Timothée

- ¿Que?, dile a ella... Por cierto, buenos días -se acercó a darle un corto beso- ¿Nos vamos a ver en la noche?

- Si

No podía imaginarme a alguien como Timothée siendo un Rey, amarrado en ese trono, el no merecía vivir en ese infierno.

ᴋɪɴɢ ɪ | ᴛɪᴍᴏᴛʜÉᴇ ᴄʜᴀʟᴀᴍᴇᴛ - VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora