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Este fic será cortito porque simplemente es un tipo de guía para lo que en verdad se viene ;)

Taehyung abrió sus ojos de manera lenta, pues sus párpados pesaban en demasía gracias a que no había dormido bien, su cuerpo pesaba igualmente, dejándole una sensación incómoda.

— ¿Jungkook?... — Llamó a su hermano, nadie le contestó, pero se encontró con un pequeño bulto entre las sábanas, por lo que suponía que este seguía durmiendo y no queriendo interrumpir el sueño del mismo volvió a recostarse, buscando conciliar el sueño.

Cuando se estuvo quedando dormido unos sonidos provenientes del primer piso le alertaron que alguien se encontraba despierto, bueno, eso no era nada raro, lo que le llamó la atención era que estos mismos sonidos parecían sollozos y en algunas ocasiones, gritos de agonía.

Su corazón comenzó a latir de manera desenfrenada, pero él no se iba a quedar con la duda del lugar o razón proveniente de estos sonidos, por lo que, armandose de valor, se levantó de su acolchada cama, dirigiéndose a la de su hermano y quitando la sábana, encontrándose con vacío.

Sus ojos se abrieron de sobremanera al no ver a su pequeño hermano en aquella cama, por lo que a pasos sigilosos, pero rápidos, salió de aquella habitación en la que anteriormente se encontraba, para ir al primer piso y ver qué estaba pasando.

Un grito quedó estancado en su garganta mientras que sus manos cubrían su boca y de sus ojos salían lágrimas, nunca imaginando que se encontraría con tal escena.

Sus pies se movieron inconscientemente, mientras que corría al cuerpo, ya muerto, de su madre; no pudo contener el sollozo que salió desde lo más profundo de su garganta, desgarrando esta misma, sus manos temblaban por el ataque de pánico que estaba sufriendo en el momento mientras que de sus labios salían múltiples quejidos, chillidos y sollozos.

Escuchó otro grito proveniente de la cocina, y su temor fue más grande al ver la sombra de su padre caer al suelo sin vida igualmente, sus ojos se cerraron con fuerza, mientras pedía internamente que todo fuera una simple broma; pero no, cuando abrió sus ojos nuevamente todo estaba completamente igual.

En un momento de desesperación buscó a Jungkook por toda la casa, encontrando a este en la habitación que ambos compartían, con el peluche de conejo que les pertenecía a ambos refugiado en el pecho del menor mientras este seguía sollozando de manera casi inaudible, con su rostro enterrado entre sus piernas y la cabeza de aquel muñeco.

Taehyung miró horrorizado el cómo su hermano alzaba el rostro, demostrando así lo completamente empapado que se encontraba, con sangre proveniente de lo que él sabía era de sus padres; Jungkook le sonrió con ojeras bajo sus ojos, mientras sostenía aún más fuerte sus piernas, una sonrisa sádica pintada en sus finos labios.

— T-Taehyung — sollozó el menor, estirando sus cortos brazos hacía su hermano mayor, Kim negó rápidamente con su cabeza, alejándose a pasos largos del que pensaba era su hermano menor, este sollozó aún más fuerte, empezando a arañar sus brazos gracias a la desesperación — No me dejes t-tú tampoco.

Taehyung lloró, lloró de desesperación, era tan sólo un niño, qué hacer en ese tipo de situación, todo había pasado tan rápido, la culpa lo carcomía por dentro, aunque él no había hecho nada, era tan sólo un niño inocente que anhelaba a sus padres, que anhelaba amor, atención; qué hacer en ese caso, en el que ya no confías en nadie, ni siquiera en tí mismo.

Qué hacer.

Hizo lo que un cobarde haría, correr, correr para salvarse, para refugiarse, para salvar su pellejo, cómo su padre vulgarmente diría; lloró en todo el trayecto, cada fibra de su ser siendo inundada por el sentimiento de culpa, desesperación y miedo, porque eso estaba, aterrado.

Corrió tan rápido, olvidando la existencia de su hermano menor, y el cómo este gritaba en desesperación y agonía que no lo dejara solo, lo ignoró, no pensando realmente, sólo buscando su salvación, corrió tan rápido que sus piernas dolieron durante todo el trayecto, no parando ni un sólo segundo, sus manos llenas de sangre seca de su madre limpiaron sus lágrimas, dejando una rastro rojo en todo su rostro, sus labios rojizos y delicados, estaban siendo mordidos repetidas veces y su cabello era fuertemente impulsado con el viento.

No pensó nada, realmente.

Sólo sentía culpa.

Desesperación.

Miedo.

Miedo a ser atrapado por aquel monstruo que le hizo daño a sus padres, miedo a aquel sentimiento de soledad, miedo a que la persona que tanto dolor le causó en una abrir y cerrar de ojos, lo lastimara a él también, miedo a completamente todo.

Se tropezó reiteradas veces, no sintió dolor, la adrenalina era mucho mayor, se levantó, cómo su padre muchas veces le recomendó en esas charlas para la vida; y siguió corriendo, no teniendo un sitio al cual ir realmente, sólo queriendo escapar y olvidar la realidad en la que estaba por algunos momentos.

Cuando sus piernas no dieron más, simplemente cayó al suelo totalmente rendido, mientras que gritaba y sollozaba, tomando sus cabellos con fuerza, sintiendo un terrible dolor en su pecho, en todo el cuerpo realmente, siguió llorando, ya sin fuerzas de nada, sólo queriendo dormir y olvidar, sólo queriendo creer que todo lo que había vivido fuera parte del feo sueño en el que él estaba seguro, se encontraba.

Lloró, solo en medio de aquella solitaria calle, mientras que sentía su cuerpo adormecerse y sus ojos pesando demasiado, no quiso, juraba que no quiso quedarse a la deriva, solo, pero su cuerpo no dió más, y simplemente cayó rendido y dormido en medio de aquel lugar, sintiendo, antes de caer completamente inconsciente, el como alguien lo tomaba en brazos y lo arrullaba, haciéndolo sentir por una última vez, querido.

Querido, cómo ya no lo sería nunca más, pues, su inocencia y niñez fueron arrebatadas de la peor manera posible y ya nada, podría remediar eso, completamente nada.

RAGDOLL.¹「Taekook」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora