Can You Queen Again - Lukloe - Miraculous [TERMINADA]

coqueteos (in)directos

No podía evitar sonreír al escuchar esas dulces melodías que el chico tocaba.

Su corazón sentía paz y calidez al estar con el, y poder actuar como es ella misma con el sin preocuparse, era magnífico.

El joven dejo de tocar, observándola con algo de nervios.

— ¿Que dices?, ¿Suena bien? —. Preguntó nervioso, le preocupaba que las notas no fueran las correctas, y en vez de cautivar el corazón de las personas, lo odiarán por explotar sus tímpanos.

— está bien, supongo —. Comentó con falso desinterés, observando su manicura.

— no seas cruel, Bourgeois —. Lloriqueo el peli-negro —. Sabes que me pongo nervioso cuando tocó algo nuevo —. Comenzó a balbucear con pánico, ella rio.

— es muy linda,... Luka —. Mencionó con un sonrojo, el chico quedó en silencio observándola.

Pocas veces podía apreciar verla de esa forma, su corazón comenzó a latir más rápido, su sangre fue hacia sus mejillas. La rubia ante su silencio se preocupo, pensando que tal vez no debió decir aquello, cuando estaba a punto de retractarse, el chico la interrumpió.

— me alegra que te haya gustado, rubia —. Respondió avergonzado, respirando profundamente para calmar los fuertes latidos de su corazón —. Ya sabes, si quieres una serenata digna de oír, aquí estoy —. Bromeó, haciéndola reír.

— dijiste digna de oír, tu ni estarás en mí lista —. Sonrió divertida viendo la mueca molesta del chico.

— y yo que pensaba conquistarte con mis canciones.

— tendrás que hacer más que eso, hippie —. Lo miro de forma coqueta, conservando su sonrisa.

— tengo más trucos bajo la manga, rubia —. La reto con la mirada.

— eso tengo que verlo.

— y lo verás muy pronto.

— sí, claro.

Se siguieron mirando retadoramante, luego de unos segundos, siendo el peli-negro el que desviará la mirada.

— ¿Acaso mí mirada te pone nervioso, Couffaine?, Tranquilo, suelo causar ese efecto —. Le guiño un ojo divertida, este se acercó más a ella intentando intimidarla.

— aquí la que debería sentir nervios, eres tú.

— ¿En serio?, Creo que no está funcionando —. El chico se acercó más a ella, quedando a escasos centímetros de su rostro.

— ¿Segura...? —. Murmuró, llevando su mano al rostro de la chica acariciándola suavemente, sentir su cálida respiración mezclarse con la suya, lo tentaba.

Acercó sus labios a la mejilla sonrojada, mientras la chica cerraba sus ojos fuertemente.

Se separó lentamente de ella, mirándose con sus rostros rojos hasta las orejas.

— eso es trampa —. Habló avergonzada la rubia.

— tu también hisiste trampa —. Se excuso.

— mentira.

— es verdad —. Tomo su guitarra, colgandola detrás de su espalda, extendiendo su mano hacia ella —. Ya se hace tarde, apresuremonos si no quieres que me de un ataque de pánico.

— que miedoso eres, ¿Cómo sabes que los patos vendrán tan tarde? —. Preguntó, aceptando la mano del chico para levantarse y caminar junto a el.

— tu llevas aquí tres días, yo llevo aquí tres años.

— cállate, a ti no te sale.

Y sin más, el chico acompaño a la rubia a su hogar mientras seguían conversando en el camino.

¡Hey!, ¿Que tal?

Lectores: ¡Se supone que se iban a besar!.

Yo: ¿Verdad que te engañe?.

Sorry, not, sorry. Nadie se va a besar aquí, no en mí guardia (aún), por el momento hay que conformarse con sus coqueteos "indirectos". Habrá beso pronto, recuerden que es una historia corta.

Sin más que decir me despido.

Bye ❣