Háblame

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Robin

Después de que Kenshi-san saliera de la puerta, ya no lo volvió.

Pasé la tarde a lado de Sensei-san, los dos hablamos casualmente, él hizo las preguntas de protocolo y sé que fueron horas, porque terminaron cuando escuché un pequeño gruñido, teniendo un amigo como Ussop reconocí de inmediato esa clase de gruñido. Con una sonrisa trate de inclinarme en mi lugar a donde entendía que se encontraba Sensei-san,- ¿Tienes hambre Sensei-san?- pregunté, - No..., estoy bien...- respondió lo cual fue con una voz sumamente tierna, me imaginé a un pequeño hombrecito apenado - Es algo tarde, talvez yo tenga hambre ¿Te gustaría comer? - dije esperando ponerlo cómodo, - Si, claro - respondió casi de inmediato sonreí y me dispuse a ponerme de pie para después quitarme la venda.

-¡Espera!, ¿A dónde vas?, No debes quitarte la venda aún- se escuchaba preocupado a si respondí calmadamente, - Voy a ir abajo a buscar algo de comer - seguramente me diría algo como que no es mi casa, pero suponiendo que en las reglas nunca se me prohibió tener libertad en la casa ni el uso de esta, tambien supuse que el alimento estaba a mi disposición, porque seamos honestos el estar aquí también requiere de mi alimentación.

Antes de poder quitar la venda unas pequeñas manos detuvieron las mías. - No, déjame cuidar de ti, es mi labor como doctor. Yo iré abajo por comida. Espérame aquí y yo mismo te quitaré la venda - dijo Sensei-san con una voz firme que no pude decir que no, me destine solo a asentir.

No tardó mucho, y pude escuchar sus pasos de vuelta, - Ya regresé señorita Robin - su voz era tan dulce y feliz que me contagio la alegría. - Perfecto, ven al escritorio y comamos -.

Comimos normalmente después de quitarme la venda, mis ojos se estaban adaptando a la luz y a pesar de tener la visión borrosa, pude notar que era más clara que antes, la luz de la tarde era placentera a mis ojos.

Me percate que estaba comiendo crema enlatada, obviamente calentada con algo extra, un par de sandwiches en triángulo rellenos como deben ser de jamón, queso, tomate, lechuga, mozarella, mantequilla y mayonesa. Además de un te de manzanilla frío, aunque me sabía a esos de sobresitos.

Me imaginé a este pequeño hombresito prepararme todo esto y me sentí halagada, ya que podía sentir el sabor de su empeño, era un sabor parecido al que mi madre me daba cuando pequeña, tan rico, tan deleitable, tan amable.

- Yomm... Yomi...mmmm..- escuchaba a mi acompañante, comer alegremente, - ¿Delicioso? - pregunté feliz, - ¡Si!, Me gusta mucho los sandwiches de mantequilla de maní y jalea, también tengo fruta con miel y ... - decía Sensei-san

Solté una ligera lágrima que rodó por mi mejilla, llamando la atención de mi acompañante.

- ¡¡¡Eh!!!... ¿Le duele algo?, ¿No le gustó su comida? - su voz empezó a sonar preocupado, - No es eso, simplemente...- lo pensé un momento antes de continuar - La comida es deliciosa, gracias por prepararmela - le sonreí con sinceridad.

- De nada, fue Zoro quien lo preparó, él siempre me deja todo listo, pero yo lo calenté, ¿Me quedo bien? - dijo muy  feliz - Si, perfecto -. Respondí.

Continuamos comiendo, mire lentamente hacia la luz de la ventana,  yo no pude dejar de pensar en Kenshi-san, él realmente es un hombre sorpresivamente amable. También debo darle las gracias

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Zoro

Decidí dejar a Franky irse antes, para que pasará por Chopper y lo llevará a su casa. Yo podía encargarme de la oficina por mi cuenta.

Ya era de noche cuando Franky me mandó un mensaje.

Chopper ya está en su casa, la muchacha ya estaba dormida cuando llegue.

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